SOCIEDAD › DETIENEN A LOS PADRES DE LA NENA CORDOBESA POR ABUSO SEXUAL
La chica, de 12 años, había huido de su hogar con un vecino de 33. Los encontraron en Buenos Aires, donde el hombre fue detenido. Ahora, la nena denunció a sus padres por abuso sexual. Todos vivían junto a un horno de ladrillos en la ciudad de Río Tercero.
› Por Carlos Rodríguez
El caso de la fuga del hogar de una niña de 12 años con un hombre de 33 que se encuentra detenido por “privación ilegítima de la libertad” dio ayer un vuelco inesperado. “La nena, al declarar ante el juez de la causa, denunció a sus padres, los acusó de haber abusado sexualmente de ella”, confirmó a Página/12 el comisario Norberto Alvarez, jefe de la Departamental de la provincia de Córdoba. En forma inmediata, el juez de Menores a cargo de la causa, Pedro Salazar, ordenó la detención de los padres de la chica, que fue llevada a un hogar maternal transitorio, junto con sus seis hermanitos. Lo ocurrido parece encajar con lo afirmado antes por los familiares de Héctor Alvarez, de 33 años, el trabajador golondrina que se escapó de Río Tercero, donde vivían todos los protagonistas de la historia, llevándose a la menor. Jessica Alvarez, prima del detenido, aseguró ante la Justicia que su pariente se llevó a la nena a la casa de Los Polvorines, en la provincia de Buenos Aires, donde fueron encontrados el martes, porque “el padre abusaba de la chica, con el consentimiento o la pasividad de la madre”, señalaron fuentes policiales.
Ayer, ante la consulta de este diario, el fiscal Sergio Cabutto se limitó a confirmar la detención de los padres, mientras que el juez Pedro Salazar mantuvo silencio total, teniendo en cuenta que hay una menor en juego. La pareja que está presa, sus hijos, y el detenido Alvarez son todos oriundos de la ciudad santiagueña de Frías. Habían llegado a Río Tercero para trabajar, en forma transitoria, en uno de los hornos de ladrillos que abundan por la zona. “En esos lugares, que tienen dueños identificados y que son de Río Tercero, trabajan personas que vienen de otras provincias; están en negro y todos viven en el mismo lugar donde trabajan. Los niños, aunque no trabajan, están obligados a permanecer en el mismo lugar, en total hacinamiento”, relató una fuente judicial.
El caso comenzó con la denuncia que hizo Karina, la madre de la menor de 12 años, quien hizo saber que la fuga podría haber obedecido “a causa de un enamoramiento” entre la menor y el trabajador golondrina que estaba asentado en Río Tercero, a 110 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Según algunos testigos, el hombre se habría mostrado “muy cariñoso” con la menor. La policía pudo ubicar a Alvarez, y por lo tanto a la chica, porque él se comunicó telefónicamente con su celular, desde Buenos Aires, con los padres de la pequeña, para decirles que ella “se encontraba bien”.
Luego de pasar por la ciudad de Córdoba, la menor y el trabajador golondrina fueron llevados a Río Tercero, donde tienen su sede el fiscal Cabutto y el juez Salazar. La nena fue llevada a los Tribunales de Menores, donde quedó a cargo del magistrado. Ella le dijo que sus padres abusaban de ella y por ese motivo, además de ordenar la detención de la pareja, Salazar envió a la chica y a sus hermanos a un hogar transitorio. Los padres fueron detenidos bajo el cargo de “abuso sexual agravado por el vínculo”. Una versión periodística señaló que el concubino de Karina, la mamá de la chica, era “el padrastro y no el padre de la nena”. Una fuente judicial precisó que “el hombre, al ser detenido, aseguró ser el padre”.
El trabajador golondrina Héctor Alvarez era conocido de la familia de la niña de 12 años, dado que “habían trabajado juntos, con el padre de la chica, en distintas oportunidades y en diferentes provincias”, sostuvo una fuente policial. Un tío del detenido insistió con la versión de que el hombre “lo único que intentó fue salvar a la chiquita porque ella le pidió que se la llevara de su casa porque se estaban abusando de ella”. Una fuente judicial le dijo a este diario que “todavía no se sabe si la chica sufrió en Buenos Aires alguna agresión de tipo sexual; es un tema delicado y decisivo para determinar responsabilidades. Ahora los sospechosos son tres, el padre, la madre y el hombre que se la llevó de la casa”.
El comisario Norberto Alvarez aseguró que el estado de salud de la menor “era bueno, al menos en lo que aparentaba, pero ahora se tienen que hacer pericias y una evaluación médica, tanto clínica como psicológica”. Por lo que trascendió en medios judiciales, la chica “sólo habla bien del hombre que se la llevó, pero de todas maneras es una menor y lo que cometió el adulto, cuanto menos, es un caso de privación ilegítima de la libertad. Si el hombre hubiera querido protegerla, podría haber acudido a la Justicia o a la policía, cosa que no hizo en ningún momento”.
Los familiares del detenido insisten en que la única intención que tuvo Héctor Alvarez fue “rescatar a la nena del infierno en el que vivía porque ella le tenía terror al padrastro (desde esta parte se insiste en que no sería el padre) y que sólo quería estar lejos de su casa”. Jessica Alvarez, la prima del detenido, declaró ayer ante la prensa cordobesa que “la niña fue la que decidió irse de la casa porque el padrastro abusaba de ella y la mamá la entregaba. Mi primo sólo quería ayudar. Es un hombre trabajador que no anda en cosas malas”.
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