SOCIEDAD › POLEMICA POR UN REQUISITO EN EL CODIGO DE TRANSITO PORTEÑO
Un proyecto de ley que debate la Legislatura dice que es obligatorio usar casco para andar en bicicleta. Una asociación de ciclistas afirma que debe ser voluntario y propone reducir las velocidades máximas.
› Por Eduardo Videla
El proyecto para sancionar un nuevo Código de Tránsito y Transporte en la Ciudad de Buenos Aires marcha sobre ruedas, pero no de bicicleta. Es que una asociación que nuclea a ciclistas urbanos reclamó que se elimine la obligatoriedad de usar casco, como se exige en el proyecto y, en cambio, pidió que se reduzca la velocidad máxima en avenidas y calles porteñas. La Asociación Luchemos por la Vida respaldó la obligatoriedad del uso del casco para los ciclistas, quienes integran, después de los peatones, el principal grupo entre las víctimas del tránsito.
La Legislatura porteña comenzó a debatir el Código de Tránsito, que “unifica la normativa vigente en la materia y elimina unas 250 ordenanzas y leyes en vigor, algunas de las cuales han caído en desuso”, explicó a Página/12 el diputado Jorge San Martino (Recrear), presidente de la Comisión de Tránsito del Legislativo. Esa norma no establece las sanciones que corresponden a cada infracción (las que estarán en el reformado Código de Faltas, que también tratará la Legislatura) ni establecerá el sistema de puntaje como premio y castigo para los conductores, como propone el gobierno porteño.
El proyecto de la diputada Florencia Polimeni (radical disidente) fue presentado ayer en la Legislatura y comenzará a ser debatido en la comisión con vistas a obtener un dictamen que lo acerque a su tratamiento en el recinto. Entre los nuevos requisitos que el proyecto impone a los ciclistas, se encuentra la obligatoriedad de usar espejo retrovisor, luces y bocina (o timbre), y para los ciclistas, establece el requisito de conducir con “casco homologado o certificado”, obligación que estará vigente recién a partir de la reglamentación de la norma.
“Somos defensores del uso del casco, pero no estamos de acuerdo con la obligatoriedad. Antes hay que adoptar otras medidas, como bajar la velocidad máxima en calles y avenidas, y mejorar la red de ciclovías en la ciudad”, dijo a este diario Néstor Sebastián, titular de la Asociación de Ciclistas Urbanos. Otro inconveniente, señaló Sebastián, es que “prácticamente no hay en el país cascos homologados, que cumplan con todos los requisitos de seguridad”. El dirigente agregó además que la obligatoriedad no rige en casi ningún país del mundo: “Sólo en Australia y Nueva Zelanda”, puntualizó.
“El uso de cascos homologados contribuye a la mayor seguridad de los ciclistas”, afirmó San Martino, en defensa del proyecto. Para Sebastián, en cambio, el Estado debe poner el acento en “mejorar la red de ciclovías, hacerlas más seguras y bajar las velocidades máximas permitidas, a 30 kilómetros por hora en las calles y a 50 en las avenidas, como ocurre en muchos países avanzados”.
Otro problema es el costo: un casco homologado cuesta hoy unos 120 pesos, en promedio, mientras que una imitación puede llegar a los 15 pesos. El dirigente de la Asociación de Ciclistas Urbanos recordó que “desde hace un año rige la obligatoriedad del uso de casco para los servicios de delivery que utilizan bicicletas, pero la ley no se cumple”.
Para el titular de la Asociación Luchemos por la Vida, Alberto Silveira, la obligatoriedad de usar casco “es muy positiva”, ya que si bien en muchos países este requisito no rige “en Argentina es mucho más necesario, ya que no hay una adecuada red de ciclovías”. “Circular en un vehículo con dos ruedas es 20 veces más peligroso que hacerlo en uno de cuatro ruedas”, dijo Silveira. Y ubicó a los ciclistas entre los que menos respetan las normas de tránsito: el 77 por ciento cruza los semáforos en rojo, el 36 por ciento circula a contramano y el 67 por ciento lo hace sin luces”, cuestionó.
Si circular en bicicleta es peligroso por definición, “hacerlo por los carriles de la izquierda, que los ciclistas comparten con automovilistas en algunas avenidas, es una barbaridad”, cuestionó Silveira. “Es incompatible el tránsito pesado con la bicicleta”, aseguró.
Con respecto a la propuesta de disminuir las velocidades máximas, San Martino propuso reducir la vigente en las avenidas Del Libertador, Figueroa Alcorta y Juan Manuel de Rosas, que actualmente es de 70 kilómetros por hora, a 60, como en el resto de las avenidas, pero se mostró partidario de dejar el resto como está. Silveira, por su parte, se mostró de acuerdo con reducir la velocidad en todas las arterias, pero propuso que las bicisendas se construyan en calles en las que no circulen colectivos ni otros vehículos pesados.
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