SOCIEDAD › EL AUTOACUARTELAMIENTO POLICIAL EN SANTIAGO
Luego de que el gobierno de Santiago del Estero asegurara que las demandas de los policías autoacuartelados desde la madrugada del martes pasado “son imposibles de cumplir”, siete comisarías de la capital provincial y de la ciudad de La Banda cerraron. Esa situación no le impidió decir al ministro de Gobierno provincial, José Emilio Neder, que “toda la policía trabaja en forma normal, especialmente en la capital y La Banda”. Quienes mantienen el reclamo aseguraron que se unieron a ellos tres mil uniformados más. Mientras el gobernador Gerardo Zamora tenía una reunión con el ministro de Interior, Aníbal Fernández, los policías seguían pidiendo una suba del salario básico hasta los 700 pesos, reordenamiento jerárquico y la restitución de haberes retenidos.
“El gobernador fue claro y esto es lo que nos permite la ley de Responsabilidad Fiscal. No es que esté haciendo una cosa caprichosa, sino que se está acogiendo a lo que nosotros, como provincia, firmamos con la Nación”, aseguró Neder en declaraciones a radios santiagueñas. “Las demandas son imposibles de cumplir”, afirmó.
Como respuesta, poco después de las palabras del funcionario, siete comisarías de las ciudades de Santiago del Estero y de La Banda fueron cerradas. Antes, Neder había sostenido que “todas las unidades regionales de la provincia están trabajando en forma normal. La adhesión a este movimiento es sólo de un 10 por ciento sobre un total de cinco mil policías. Toda la policía trabaja en forma normal, especialmente en la capital y La Banda, donde el servicio se cumple al 100 por ciento, mientras que en el interior el servicio se cumple al 50 por ciento”.
“Si deponen su actitud no recibirán sanción alguna, pero en caso contrario las cuestiones administrativas por incumplimiento del deber seguirán su curso en las correspondientes jurisdicciones”, agregó el ministro.
La proposición oficial fue rechazada por los autoacuartelados. El comisario mayor (R) Ricardo Gutiérrez indicó que “existen unos 3150 hombres plegados a la medida de fuerza, sobre un total de 6000 uniformados que tiene toda la provincia”. Además, los policías rebeldes participaron de un acto religioso oficiado por el secretario diocesano de Derechos Humanos, Sergio Lamberti, quien les pidió “tranquilidad” y dijo que fue a “prestar ayuda espiritual a estas personas que se encuentran en una situación de conflicto”.
Los líderes de la protesta preparaban un nuevo petitorio para presentar al gobierno provincial ante la falta de acuerdo sobre sus reclamos. Por su parte, el nuevo jefe de la policía, comisario mayor Marcelo Patto, sostuvo hoy que la seguridad en la provincia estaba “garantizada” dado que “las dependencias policiales cuentan con efectivos y los jefes de las unidades regionales están controlando las comisarías”.
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