SOCIEDAD
› UNA PAREJA BLANCA TUVO MELLIZOS NEGROS DEBIDO A UN ERROR
Cuando el color hace la diferencia
Sucedió en Gran Bretaña. En la clínica confundieron el esperma o el embrión a implantar. Ambas parejas quieren los bebés.
Desde Londres
Las clínicas de fertilidad en Gran Bretaña soportan desde ayer una gran presión para modificar sus procedimientos de seguridad, luego de conocerse que una pareja blanca tuvo gemelos negros tras una terrible confusión en los procedimientos. Se cree que la clínica confundió el esperma, los óvulos o los embriones de una pareja negra con los de una blanca. El error –el primero conocido en Gran Bretaña– conducirá a una batalla por la custodia de los bebés que involucra difíciles conflictos legales y éticos. Se cree que ambas parejas quieren a los chicos.
La preocupación llegó a las miles de parejas que cada año se someten a tratamientos de fertilización in vitro. El caso dio pie a que se especulara con la posibilidad de que otros errores no se advirtieron si el niño nacido tiene el mismo color que su padre o madre.
Según los trascendidos, ambas parejas fueron a una clínica de fertilización ligada al Servicio Nacional de Salud luego de intentar infructuosamente tener hijos y haberse realizado otros tratamientos. Cuando la pareja blanca, que fue identificada sólo como el señor y la señora A., descubrieron que ella estaba embarazada estaba exultantes; más aún cuando una ecografía les mostró que eran mellizos. Sin embargo, el nacimiento fue un shock: allí descubrieron que los bebés tenían piel oscura.
Trascendió que ambas parejas quieren a los mellizos. La señora A. parece haber establecido fuertes lazos con ellos. Pero la pareja negra –los B.– pueden reclamar la custodia en los tribunales. En octubre habrá una audiencia preliminar para tratar varios aspectos, incluyendo si el señor B. es el padre biológico de los niños.
Se cree que la confusión fue un desastroso error humano. Los expertos en fertilización in vitro dicen que hay básicamente dos posibilidades: o el esperma del señor B. se usó por error para fertilizar los óvulos de la señora A, o un embrión creado usando el esperma del señor B y los óvulos de la señora B. se implantó accidentalmente en la señora A. La mayoría de los expertos creen que esto es lo que sucedió.
Uno de los errores más fáciles de cometer es mezclar los recipientes que contienen los embriones. Aunque la mayoría de las clínicas tienen reglas firmes sobre el etiquetado, los especialistas dijeron ayer que a veces se cometen errores básicos. Por ejemplo, no todas las clínicas escriben los nombres de los pacientes tanto en la tapa como en la base del recipiente. Puede ser que una tapa con etiqueta se haya puesto sobre un recipiente erróneo. También puede haber una confusión cuando los embriones se transfieren a nuevos recipientes.
Otro riesgo se produce cuando se intercambian las órdenes de los pacientes. Algunas clínicas insisten en que una enfermera, el laboratorista y el ginecólogo confirmen por separado la identidad de los pacientes. Sammy Lee, un consultor del hospital Portland, de Londres, estimó que habría uno o dos confusiones cada dos o tres años. Dijo: “No estoy sorprendido por este caso. Admito que puede pasar. Puede haber otro y bien puede haber sucedido sin que nadie lo advirtiera”.
Mohammed Taranissi, director del Centro de Reproducción Asistida y Ginecología, de Londres, dijo: “La mayoría de las clínicas tienen reglas muy estrictas. Hacen un doble control de la identificación en cada paso, pero los errores humanos son posibles”.
Muchas clínicas en Gran Bretaña reforzaron sus procedimientos luego de una mujer norteamericana blanca, Donna Fasano, dio luz a mellizos, uno negro y uno blanco, en 1999. Tras llegar el caso a la Justicia, Fasano aceptó entregar al niño negro a sus padres biológicos.
Un vocero de la Autoridad en Fertilización y Embriología (HFEA) dijo que sus inspectores se aseguraban de que las clínicas tuvieran procedimientos de doble control para identificar a las personas bajo tratamiento, el esperma y los óvulos en el momento de la inseminación, y de los embrionesy la paciente en el momento de la transferencia. Pero no hay reglas comunes, cada clínica es responsable de elaborar sus propios protocolos.
Las implicancias legales del caso son complejas. Ambos pares de padres tienen abogados que representan sus intereses, al igual que la clínica involucrada y el Departamento de Salud. También se nombró a un abogado para defender los intereses de los niños.
Un tribunal emitió una orden para prohibir la identificación de los padres, los bebés, el nombre de la clínica y el tratamiento involucrado.
De The Guardian, especial para Página/12.
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