“No se movilicen porque les va a suceder lo mismo que a los piqueteros.” El texto amenazante, en un recurso copiado de viejos casos policiales, estaba escrito con recortes de diario. Como detalle truculento, el puzzle había sido armado y pegado sobre la página que un matutino porteño destina a las necrológicas. Los agentes del terror hasta seleccionaron las fotos más apropiadas para imponer el miedo: pegaron sobre el papel las imágenes póstumas de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, los piqueteros asesinados el 26 de junio en Avellaneda. Los destinatarios del golpe bajo aplicado por los nostálgicos de la Triple A fueron tres alumnos de un colegio secundario de Palermo que vienen participando de las protestas en favor de un boleto estudiantil. Para cerrar el círculo, la escuela se llama María Claudia Falcone, en homenaje a una de las víctimas de La Noche de los Lápices, ocurrida en plena dictadura, cuando desaparecieron varios estudiantes por reclamar, justamente, un boleto estudiantil.
Los amenazados son una chica y dos jóvenes que integran el Centro de Estudiantes del establecimiento y que cursan tercero, cuarto y quinto año. Sus nombres se mantienen en reserva a pedido de sus familias, que hoy a las 18 realizarán una conferencia de prensa, en la sede de la escuela, Malabia 2148, del barrio de Palermo, para dar detalles sobre lo ocurrido. “Las amenazas ocurrieron el viernes pasado, pero los chicos no dijeron nada y esa noche fueron a una marcha con sus compañeros”, dijo a Página/12 la madre de uno de los amenazados. El lunes, cuando los estudiantes llegaron al colegio, se encontraron con otra sorpresa: habían arrancado la placa que recuerda a Falcone, desaparecida el 16 de setiembre de 1976 por orden de la policía bonaerense que comandaba el general Ramón Camps.
“Lo ocurrido tiene un simbolismo terrible”, dijo la mujer con la que dialogó este diario. El mensaje le llegó a la chica, pero allí estaban mencionados los nombres de sus dos compañeros. Los tres están teniendo un gran protagonismo en las tareas tendientes a movilizar el reclamo por el boleto estudiantil de 5 centavos. También demandan becas y una vianda para los estudiantes de menores recursos. En el texto que recibió la alumna en su casa, una de las frases que más llamó la atención fue aquella en la cual los intimidadores reclamaban “basta de socialismo”.
Aunque los familiares consideran que las amenazas y el robo de la placa forman parte de una misma situación, la secretaria de Derechos Humanos del gobierno porteño, Gabriela Alegre, opinó que la relación “aún no ha sido probada”. A pesar de lo sucedido, los estudiantes “están luchando más que nunca para mantener sus reclamos y no están dispuestos a quedarse quietos”, afirmó la madre de uno de los alumnos amenazados. En el caso los jóvenes solicitaron la intervención de la Coordinadora contra la Represión Policial (Correpi), que los representará en la demanda. Por su parte, la asesora letrada de la Secretaría de Derechos Humanos, Mara Brauer, anticipó que Alegre le pedirá al fiscal Pablo Lanusse que unifique la causa con las otras amenazas recibidas por estudiantes secundarios.
De la conferencia de prensa de hoy participarán los alumnos del colegio, sus padres y las autoridades educativas. Mañana se hará un acto de protesta en el que participarán los estudiantes y los vecinos agrupados en la Asamblea Barrial de Palermo Viejo. Se realizará un corte de calles en la esquina de Scalabrini Ortiz y Santa Fe. Las intimidaciones se suman a la agresión sufrida el mes pasado por un alumno del colegio Mariano Moreno, a quien le marcaron en el pecho tres “A”, en alusión a la organización de extrema derecha Alianza Anticomunista Argentina, conocida en los setenta como la Triple A.