No estaba incluido en el paquete turístico. Ayer, en pleno San Telmo, los turistas que paseaban por la zona pudieron ser testigos de un espectacular operativo policial tras un asalto a un banco, con persecución y tiros incluidos. Según las versiones coincidentes, una mujer y dos hombres asaltaron la sucursal del Banco Itaú de Defensa e Independencia y luego robaron un auto a un conductor que pasaba por el lugar y huyeron con el botín. La policía los persiguió a los tiros. El saldo, dos prófugos, un detenido y ningún herido, incluyendo azorados turistas testigos.

El único detenido resultó ser un hombre de 26 años, mientras que sus cómplices escaparon a pie y con el botín, cuya cifra no fue informada. La policía realizó sin éxito un operativo de rastrillaje.

Cerca de las 11.30, el trío decidió interrumpir las fotografías y tertulias turísticas con un pintoresco asalto a la sucursal del Banco Itaú, ubicado en Defensa e Independencia. Primero se encargaron de la oficial que custodiaba la entidad y casi simultáneamente del vigilador privado, a quienes les robaron un chaleco antibalas y un arma.

Mientras la mujer y uno de los hombres apuntaban a clientes y empleados y custodiaban la entrada al local, el otro varón saltaba la línea de cajas para dedicarse especialmente a la recaudación de cada una de ellas y todo billete que apareciera por el lugar. Embolsó una suma que el Itaú prefirió no informar y volvió a saltar del otro lado del mostrador.

Después, salieron de la sucursal. Ya en la calle se les cruzó un desafortunado conductor que pasaba por allí al volante de una Chevrolet Meriva. Lo obligaron a bajar, tomaron el vehículo y huyeron hacia el sur. Pero la ley los encontró en la esquina de Caseros y Defensa. Se desató un tiroteo y comenzó la persecución igual que en cualquier película de acción pero con balas de verdad.

Desde esa esquina hasta internarse en La Boca, el trío y sus perseguidores siguieron corriendo a tiro va, tiro viene. Hasta que el conductor de la Meriva perdió el control, subió a la vereda, pinchó una goma, todo en el mismo trance. El trío bajó de la Meriva dispuesto a defender su botín a sangre y fuego. La mujer y uno de los hombres lograron escapar a pie y tirando para atrás. Pero el tercero terminó atrapado en el cruce de Lamadrid y Garibaldi.

Según los uniformados, el hombre estaba armado con una pistola nueve milímetros con la numeración limada y 11 proyectiles. A pocos metros se halló un bolso que contenía otra pistola del mismo calibre, también limada y con 12 balas, y el chaleco antibalas que le habían sacado a la uniformada que custodiaba el banco.

“Tanto los policías como el detenido y los transeúntes que pasaban por el lugar, que a esa hora eran bastantes, resultaron ilesos del enfrentamiento”, explicó más tarde un jefe policial, sin mencionar la palabra milagro.