Las personas que hayan cumplido sus condenas en cárceles de la provincia de Buenos Aires tendrán la posibilidad de ingresar como personal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Se trata de una iniciativa del gobierno de Felipe Solá, enviada en las últimas horas a la Legislatura y que apunta a “favorecer la reinserción social del ex interno que desee formar parte de la fuerza”, según cita, esperanzado, el propio proyecto.

Puntualmente, el Poder Ejecutivo busca suprimir la prohibición vigente por ley a la incorporación de condenados en causas criminales por hechos dolosos que hayan recuperado la libertad. “La creación de posibilidades laborales en el establecimiento para ex reclusos no solamente significa una excelente técnica de rehabilitación para ellos sino también les permite demostrar a la sociedad que algunos, efectivamente, lo consiguen”, señala el texto del proyecto.

En cuanto a los requisitos de ingreso de los aspirantes, el proyecto restringe a los 40 años la edad para postularse, aunque luego especifica que la limitación podría ser superada “por razones de profesión” que se evaluarán en cada caso.

Otro de los puntos de la propuesta autoriza a la Jefatura del Servicio Penitenciario a incorporar personal “sin estabilidad” bajo la modalidad de “personal eventual” para cumplir tareas específicas como agentes temporarios.

La iniciativa enviada por el Gobierno de Felipe Solá además contempla beneficios para el personal penitenciario. A través de una modificación de la Ley Orgánica que regula el accionar interno de la fuerza, se autoriza a los agentes a participar de actividades políticas y se les otorga el uso de licencia por paternidad.

Esta propuesta forma parte de la batería de proyectos enviados por el Ejecutivo en las últimas horas, con la urgencia de las elecciones próximas. Se incluye un pedido de prórroga por un año del estado de emergencia del SPB, que en caso de ser aprobado por los legisladores se extendería hasta enero de 2008, y una iniciativa que propone la creación de un nuevo escalafón de nueve grados, divididos en tres niveles, de acuerdo con su orden jerárquico.