SOCIEDAD › EXTRAÑO INGRESO AL PAIS DE MEDIO MILLON DE EUROS
Los traía al país el dueño de los casinos flotantes. Pero no los declaró. Investigan a qué estaba destinado el dinero.
› Por Eduardo Videla
Un empresario español llega al país en un vuelo privado con seis bolsos llenos de euros. Más precisamente, medio millón de la moneda europea. ¿Cuál es el problema, si se trata al fin y al cabo de un hombre de fortuna? Sencillamente, que no declaró al llegar ni uno solo de esos billetes, como lo obliga la ley. Ese fue motivo suficiente para que se le incautara su preciado equipaje, que quedó a disposición de las autoridades de la Aduana hasta que se aclare de dónde proviene ese dinero y para qué lo llevaba encima. También le fue incautado otro material no menos valioso: veinticuatro cajas de obsequios navideños, entre ellos, vinos, conservas y quince jamones completos, los que fueron cuidadosamente inutilizados por razones sanitarias, por autoridades del Senasa. El empresario en cuestión es Manuel Lao, principal accionista de Cirsa, el emporio español del juego dueño de Casino Buenos Aires SA, que explota los casinos flotantes de Puerto Madero.
Los euros fueron detectados el jueves a la noche, cuando los bolsos pasaron por el scanner de Aeroparque. Los habían bajado del avión de la línea Executive Airlines, un vuelo privado proveniente de Madrid que había hecho escala en Recife, contratado por el empresario. Con él viajaban solamente otros dos ejecutivos de la empresa y la tripulación de la aeronave.
El procedimiento estuvo a cargo de la Aduana, que en un comunicado emitido ayer al mediodía se refirió al caso como a un “presunto lavado de dinero”. Ese concepto generó la reacción de la empresa Casinos Buenos Aires que, a través de un apoderado, dio su versión del episodio.
“Se trata de tres ejecutivos que iniciaban un periplo por ciudades de Sudamérica y llevan efectivo para afrontar distintas contingencias”; explicó a Página/12 Santiago Blanco Bermúdez, apoderado de la firma.
–¿No es demasiado llevar para un viaje medio millón de euros? ¿No es más cómoda la tarjeta de crédito o la chequera? –preguntó Página/12.
–Puede ser demasiado para una persona como usted o como yo, pero no para un multimillonario que, además, puede ir a ciudades que no estén bancarizadas. Imagínese que tienen que cargar combustible y pueden sufrir diversas contingencias en el camino, como un problema de salud, que tendrán que afrontar.
¿Por qué no declaró entonces la suma que traía ante los inspectores de Aduana? De acuerdo con la ley aduanera, cualquier viajero está obligado a declarar el dinero que trae si el monto que lleva es mayor a 10 mil dólares. Para el apoderado de la empresa, todo se debió a un “error del personal de tripulación, que no sabía que ese equipaje debía quedar a bordo”.
Habrá que ver ahora si los investigadores creen en este argumento. Lo cierto es que su alcance es relativo ya que “todo medio de transporte que arriba a la Argentina debe declarar la carga que transporte, aunque no la baje y permanezca todo el tiempo en el aeropuerto”, aseguró a Página/12 el director general de la Aduana, Eduardo Echegaray.
Ayer por la tarde se aclaró que por el momento, el hecho no constituye un delito sino una infracción aduanera. Así, por lo menos, lo entendió el juez en lo Penal Económico que intervino tras el operativo. El caso, por lo pronto, quedó en manos de la Unidad de Información Financiera, que es la que debe investigar si existió lavado de dinero. El primer paso que adoptó esa unidad fue pedir un informe a las autoridades aduaneras españolas para saber si al menos la salida del dinero fue legal. El apoderado de Casinos Buenos Aires SA asegura que el dinero fue “debidamente declarado a la salida del país”.
El dinero, finalmente, fue incautado, lo mismo que la mercadería: veinticuatro cajas con “obsequios para los empleados de Casinos de Buenos Aires”, dijo Blanco Bermúdez. En esa partida había desde jamones, vinos y conservas hasta galletitas y bombones. Las patas de cerdo enteras llevaron la peor parte: fueron destruidas por personal del Senasa ya que está prohibido el ingreso de alimentos de origen animal o vegetal.
¿No sabía el empresario que debía declarar el dinero y los alimentos, una medida que rige en los principales aeropuertos del mundo? “Cualquier ejecutivo de ese nivel que viaja por el mundo sabe que tiene que dar cuenta de lo que ingresa a un país”, dijo una fuente de la causa.
Si la Aduana determina que los empresarios incurrieron en una falta, se los sancionará con multa por infracción a la ley aduanera. En cambio, si la Unidad de Investigaciones Financieras determina que se trata de un caso de lavado de dinero, el caso pasará a la Justicia en lo Penal Económico.
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