El Mingo Altieri, primo hermano del intendente de Pinamar, fue condenado en Dolores por balear a Karina Cataldi. Le disparó a quemarropa a ella y al novio, cuatro años después de separados.
› Por Horacio Cecchi
Al Mingo Altieri lo que más debe haberlo sorprendido no fue el monto de la condena sino el hecho mismo de que se hubiera dictado. Sentado y sin decir palabra, escuchó a los jueces del Tribunal 1 de Dolores anunciar los nueve años de prisión que le aplicaron por intentar matar a balazos a su ex mujer, Karina Cataldi, y a su pareja actual, Osvaldo Cura; por haberla amenazado en repetidas ocasiones bastante tiempo antes de los disparos; por haberla golpeado en más de una ocasión; por portación de un arma en forma ilegal; por haber amenazado a Cataldi con el uso de ese arma, y por la posesión de una Mitsubishi Montero que había sido robada en Olivos. Ayer, cuando finalizó el juicio, el Mingo dio un sorbo a su vaso con agua, se levantó y se puso a disposición de los hombres del Servicio Penitenciario. En el otro extremo, Karina lloraba desconsoladamente, quizá también sorprendida por una sentencia esperada, pero que hasta último momento nadie sabía con certeza si se iría a producir y que demoró demasiado en llegar. El plomo alojado a milímetros de su médula, el agujero que le quedó en la cabeza y la imagen de las balas impactando en su memoria no la dejaron llorar demasiado.
Los jueces Luis Filomeno, Carlos Colombo y José Macchi consideraron a Altieri responsable del intento de homicidio de Karina Cataldi y su actual pareja, Osvaldo Cura, hecho ocurrido la noche del 1° de septiembre de 2003 en la estación de servicio que se encuentra sobre la ruta 11 y la entrada a Cariló. Pero además al Mingo le sumaron otra causa por violencia, ocurrida en 2002: lesiones leves en concurso real con amenazas, amenazas agravadas por el uso de armas, encubrimiento agravado y portación ilegítima de arma de fuego de uso civil, todos en concurso real”. Los miembros del tribunal dieron por probado que el 13 de febrero de 2002, al mediodía, el Mingo apareció por la casa de Cataldi, la golpeó y la amenazó: “Si hacés la denuncia terminás en el cementerio”, le dijo, según probaron los jueces.
También le comprobaron las amenazas que le soltó el 28 de agosto de 2003, días antes de balearla, cuando Cataldi fue interceptada por el Mingo en la Mitsubishi Montero y desde la ventanilla, apuntándole con el Colt 32 que después usaría para dispararle, le dijo “te voy a matar”.
Habrá que recordar que el Mingo lleva el apellido de su primo, el intendente de Pinamar, Blas Altieri. Los hechos que siguen dan la pauta de que de algún modo las manos familiares son un respaldo. Según dio por probado el tribunal, el Mingo recibió partes de una Mitsubishi Montero que había sido robada en Olivos. Cataldi recordó a Página/12 que para esa época en Cariló había cinco camionetas en condiciones semejantes, incluyendo la del Mingo. El gobierno bonaerense secuestró cuatro de las cinco 4x4. La quinta, la Montero del Mingo, no fue secuestrada. La policía recién echó mano de la camioneta un par de días después de que el Mingo baleara a su ex mujer.
“No sé si estoy contenta o no”, dijo Cataldi a este diario después de escuchar la sentencia. “Si pienso en el médico policial Cabral que dijo que había sido una bala loca y no seis disparos; si me acuerdo de que ellos trajeron en su auto a la chica de la estación de servicio que dijo que creyó que eran fuegos artificiales; si pienso que todo lo que pasé se podría haber evitado si alguien me hubiera escuchado antes, y si pienso que muy pocas mujeres tienen medios como para sobrellevar el costo terrible que significó todo esto. Entonces no sé si ponerme contenta.”
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