Mar 06.03.2007

SOCIEDAD  › LA EPIDEMIA EN PARAGUAY Y LA PRESENCIA DEL MOSQUITO TRANSMISOR, UNA COMBINACION PELIGROSA

El dengue, una amenaza que sobrevuela el país

En Argentina se han registrado 121 casos, de los cuales 118 se contagiaron en Paraguay. Los otros tres son casos provocados por mosquitos locales, en Formosa. El insecto transmisor está en todo el país yhoy sólo lo puede frenar el frío.

› Por Pedro Lipcovich

Así como el General Invierno, las gélidas condiciones climáticas rusas, salvó a Moscú de la invasión napoleónica, el Subcomandante Otoño, el fresco clima porteño que se avecina, podría salvar a Buenos Aires del virus del dengue, ya que el mosquito que lo trasmite, Aedes aegypti, requiere temperaturas cálidas para albergar y trasmitir el virus. Sin embargo, como dijo a este diario un especialista de la UBA, la situación es “crítica”: aunque Otoño triunfe esta vez, nada garantiza la victoria para el año que viene y hay un factor, el calentamiento global, cuyo avance hacia el sur puede cambiar el escenario. Y la posibilidad de disminuir la proporción de mosquitos trasmisores depende de una conciencia comunitaria que aún no se verifica: ¿cuántos saben cómo es una larva de mosquito? ¿Cuántos saben verlas en los floreros de su propia casa? Entretanto, el total de casos de dengue registrados en la Argentina subió ayer a 121, de los cuales 118 contrajeron la enfermedad en Paraguay. Hay tres casos, todos ellos en Formosa, donde el virus se permitió picar en territorio argentino. Es que Otoño no protege a las provincias del norte, donde existen antecedentes autóctonos de la enfermedad. Ayer se confirmó un caso en Berazategui, correspondiente a una persona que había viajado a Paraguay; en realidad, el Hospital Muñiz atendió ya 60 casos de personas que habían viajado a ese país.

De los 121 casos de dengue confirmados, 37 se registran en la provincia de Buenos Aires –uno de ellos, el que se constató ayer en Berazategui–, 26 en la Ciudad Autónoma, 28 en Formosa –de los cuales, tres enfermaron en la misma provincia–, 11 en Chaco, 5 en Misiones, 4 en Corrientes, 3 en Jujuy, 3 en Salta, 2 en Córdoba, 1 en Santa Fe y 1 en Tucumán, según datos del Ministerio de Salud de la Nación.

Hugo Fernández, director de Programas Sanitarios del Ministerio de Salud de la Nación, señaló que “los 118 casos importados están en relación con el brote en Paraguay, que en estos momentos supera los 16.000 casos: en todos los casos se trata de gente que, luego de viajar a ese país, presentó síntomas y recibió acá el diagnóstico y tratamiento”. Cada vez que se diagnostica un caso, las autoridades sanitarias rocían con insecticida en un radio de nueve manzanas alrededor, “a fin de evitar la presencia de mosquitos trasmisores”. Además, se examina a las personas próximas al paciente para detectar eventuales casos.

El dengue no se trasmite de persona a persona: requiere que un Aedes aegypti pique a una persona infectada, que el virus realice su ciclo en el cuerpo del mosquito y que éste pique a su vez a una persona sana. El completamiento de este ciclo biológico se facilita bajo temperaturas “de 25 a 30 grados; con temperaturas más bajas, el riesgo decrece –observó Fernández–: en la mayor parte del país, el peligro de dengue autóctono disminuirá muchísimo en otoño”.

Más fuerte es el peligro en las provincias del norte. Ayer Ginés González García, ministro de Salud de la Nación, se reunió en Formosa con los ministros de Salud de Chaco, Misiones, Jujuy, Salta, Corrientes y la misma Formosa para coordinar acciones. “La Argentina está bien preparada para controlar el dengue –afirmó–: estamos mejor preparados que hace algunos años porque la vigilancia epidemiológica la hacemos todo el año en cada rincón del país y tenemos muy buena respuesta hospitalaria.”

“Solamente en el Muñiz llevamos vistos más de 60 casos de dengue, todos importados de Paraguay. Se trata de personas que habían viajado a ese país, donde contrajeron la enfermedad –contó Alfredo Seijo, jefe de Zoonosis del Hospital Muñiz, de la ciudad de Buenos Aires–. En Buenos Aires y el conurbano no ha habido casos autóctonos, y probablemente tampoco los haya. No obstante –puntualizó el especialista– el Aedes aegypti está presente y sigue siendo necesario eliminar la mayor cantidad posible de criaderos. De todos modos, la situación de mayor riesgo está en el norte. En Bolivia, donde se registraron inundaciones, ya empezaron los casos de dengue, y veremos qué sucede en los próximos meses en Salta y Jujuy.”

Algún memorioso recordará que, en 1994, Página/12 fue el primer medio en revelar la presencia en Buenos Aires del Aedes aegypti, que se creía erradicado. En 2004, en distintos lugares de Capital y conurbano había más de cinco criaderos por cada cien viviendas, situación considerada “de riesgo”, según señaló en ese momento Nicolás Schweigman, titular del Grupo de Investigación de Mosquitos de la UBA. En 2007, “la situación sigue igual o peor: este verano fue muy lluvioso, y los recipientes a la intemperie acumularon más agua”, observó.

El investigador de la UBA advirtió que “en todos los lugares del país donde está presente el vector, todavía no infectado, para que se genere el ciclo de trasmisión sólo hace falta que un mosquito pique a una persona infectada. Como el vector está presente, y viene llegando gente infectada, hay que decir que la situación es crítica. Hasta ahora el dengue está tomando las provincias de la frontera norte, y parece avanzar hacia el sur”.

En verdad, “no sólo se trata del dengue. Sólo en Buenos Aires y conurbano se encuentran 30 variedades de mosquitos que pueden trasmitir enfermedades como la encefalitis”.

“Según la OMS, la única solución para las enfermedades trasmitidas por mosquitos es la prevención, y en la Argentina no se logró hasta ahora que la población haga suyo el mensaje preventivo –advirtió Schweigman–: según nuestras encuestas, si bien el 80 por ciento de la población sabe que los mosquitos son capaces de trasmitir enfermedades, sólo el 20 por ciento es capaz de reconocer una larva de mosquito.”

La larva de mosquito, tal como el lector podrá apreciar en su florero o en el agua de su potus, es un gusanito de cuatro a ocho milímetros, con movimiento propio: “Se los ve viborear en el agua”, graficó Schweigman.

Como prevención, se recomienda eliminar los objetos inservibles que puedan acumular agua, como neumáticos usados; mantener boca abajo los frascos o tachos en desuso; tapar los recipientes que contengan agua; cambiar día por medio el agua de floreros y bebederos de animales; limpiar las canaletas y zanjas de las casas. Las larvas pueden prosperar tanto en agua estancada como en agua limpia. “Las piletas de natación, cuando no se las usa, se convierten en gigantescos criaderos de mosquitos: si no se las vacía, conviene comprar en un acuario un par de pececitos que se coman las larvas”, observó Scheigman.

Los últimos datos sobre dengue en el Mercosur y estados asociados, con fecha de ayer, son: en Bolivia se registraron 1569 casos de dengue, incluidos cinco de la forma hemorrágica, más grave; en Brasil, 53.146 casos, con 27 de la forma hemorrágica; en Chile, tres casos, ninguno hemorrágico; en Paraguay, 15.968 casos, 43 de ellos hemorrágicos; en Perú, 600 casos, cuatro de ellos hemorrágicos; en Venezuela, 7517, con 684 de la forma hemorrágica.

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