SOCIEDAD › PREGUNTAS SOBRE LAS DECLARACIONES DEL MEDICO BIASI
Fue el segundo médico que vio a María Marta García Belsunce sin vida y esta semana sorprendió declarando que dijo a los familiares que había que llamar a la policía. Sus dichos despiertan preguntas.
› Por Raúl Kollmann
Quedó desbaratada la coartada del viudo Carlos Carrascosa. Ese es el diagnóstico que cada siete días se dio a conocer en forma invariable durante las cinco semanas que lleva el juicio por el caso García Belsunce. Y esta semana vino con un plus: el propio fiscal Diego Molina Pico puso en su boca el reiterado diagnóstico y se despachó con el tradicional “se cayó la coartada de Carrascosa”. Los testigos que actualmente declaran en el juicio oral no son los propuestos por la defensa, sino por la fiscalía. Son las cartas fuertes de Molina Pico. Y esta semana declaró su testigo estrella, Santiago Biasi, el segundo médico que atendió a María Marta García Belsunce en el atardecer del crimen. Dos semanas después del asesinato, el 11 de noviembre de 2002, sorprendió a todos declarando en la fiscalía que la muerte de MM no fue un accidente como todos creían hasta ese momento, que se trató de un homicidio y que él les dijo a todos los que estaban alrededor del cuerpo sin vida de la socióloga que había que llamar a la policía. Si fuera cierto, se trataría de una prueba contundente para demostrar que la familia García Belsunce tapó el asesinato y que, por lo tanto, uno de sus integrantes fue el homicida.
El relato de Biasi en el juicio oral deja muchos interrogantes por responder:
–La cuestión es de importancia porque mostraría que la familia quería tapar el crimen impidiéndole a otro médico que se acercara al cuerpo. La versión fue desmentida por el propio compañero de ambulancia de Biasi, Daniel Cachi, y también por los testimonios de la guardia del club. Primero le dijeron que ya había entrado otra ambulancia, pero de inmediato les preguntaron si tenían oxígeno. Como efectivamente contaban con oxígeno, pasaron al instante. Lo concreto es que los García Belsunce, pese a que supuestamente querían tapar el homicidio, convocaron a una ambulancia de OSDE, luego a la de Emernort, al estudiante de medicina Diego Piazza y buscaron también a un médico del club, Eduardo Zancolli, que no estaba en su casa.
–Su compañero de ambulancia lo desmiente. Afirma que nadie les impidió subir a ver a MM. La versión de Biasi, además, no tienen ningún sustento, ya que está probado que Horacio García Belsunce (h.) recién llegó al country cerca de las 21, de acuerdo con lo que se ve perfectamente en las tomas de la cámara de seguridad de la entrada del Carmel.
–Su compañero de ambulancia lo desmiente. Cachi dijo ante el tribunal que no había sangre en ningún lado, salvo en el propio baño. Pero lo fundamental es que las pericias lo desmienten. No se encontró sangre en ningún lado, como la fiscalía difundió al principio del caso. La Dirección Departamental de Policía Científica de San Isidro lo constató en su estudio de las paredes. Y respecto del sillón, el estudio dice lo siguiente: “sillón de dos cuerpos, con almohadones..., con máculas en el respaldo, macroscópicamente no identificables y sin máculas similares a sangre desecada. Se abre el cierre de los almohadones: en su interior, forro de tela liencillo color natural, con relleno de plumas y de goma espuma, sin máculas similares a sangre desecada”.
–Los que desmienten esta versión son todos los que estaban allí presentes. El estudiante de medicina Diego Piazza, la masajista Beatriz Michelini, el primer médico que llegó, Juan Gauvry Gordon, su ayudante y los familiares de MM. Todos coinciden en que Biasi no dijo absolutamente nada.
–Estos dichos de Cachi son extraños por varias razones, pero la principal es que cuando declaró judicialmente el 14 de noviembre de 2002, es decir, dos semanas después del crimen, dijo lo siguiente: “no escuché en ningún momento que se tratara el tema de muerte dudosa o que se tuviera que llamar a la policía”.
–Cuando el jueves el tribunal le hizo leer el informe, que no se entendía por la mala letra, Biasi leyó que había puesto en ese informe “muerte dudosa”. El tribunal lo paró y le preguntó en qué parte del informe lo decía y se comprobó que de ninguna manera figuraban esas dos palabras. El tribunal le marcó una suave tarjeta amarilla.
–Su compañero de ambulancia, Cachi, lo desmiente. Sostiene todo lo contrario, que no le dijo que pasara ningún código azul y que incluso no le hizo ningún comentario cuando se iban en la ambulancia. El operador de radio de la central de Emernort, Hugo Martinu-cci, también sostiene que no hubo alerta azul ni advertencia alguna.
–Su compañero de ambulancia lo desmiente. Pero además, lo niegan también los que estaban en el puesto de guardia y, sobre todo, las imágenes que surgen de las cámaras de seguridad de la entrada del Carmel. No se ve en ningún momento que Biasi hable con la guardia.
–Es muy probable que Biasi se haya dado cuenta de que la muerte de MM no fue un accidente o al menos tuvo dudas. Lo que también parece claro es que no se lo dijo a nadie, no lo escribió en su informe, no dio aviso a la central de Emernort. Cuando lo llama a declarar el fiscal, ya percibe que algo grave ocurrió y entonces se despacha con una declaración en la que trata de deslindar responsabilidades. Sucede que si él se dio cuenta de que lo del Carmel fue un homicidio o incluso una muerte dudosa, debió denunciarlo a la policía. Su forma de esquivar ese error grave es decir que él se lo comunicó a los demás y que los que no le avisaron a la policía fueron el primer médico, Gauvry Gordon, y su propio ambulanciero, Cachi. El testimonio de Biasi no se sostiene porque las pruebas y el testimonio de todos los demás van en sentido contrario.
–Es obvio que el fiscal sostiene que los García Belsunce taparon el crimen y que Biasi es una de sus cartas. Lo que pasa es que del otro lado tiene una gran legión que desmiente a Biasi, empezando por el primer médico, Gauvry Gordon, la masajista Michelini, el estudiante de medicina Diego Piazza, el compañero de Biasi, Cachi, y hasta el operador de Emernort, Hugo Martinucci. Entonces entra a pesar la teoría de la coima: la familia habría coimeado a Gauvry Gordon y a Michelini para que les ayudaran a tapar el asesinato. Esa hipótesis, sostenida también de hecho por el fiscal, choca con la realidad: del contubernio, armado en apenas unos minutos, también habrían tenido que formar parte Piazza y Cachi y, además, en ese caso, ¿por qué no intentaron también coimearlo al propio Biasi? Es más, en ese complot estarían todos los García Belsunce, incluyendo la madre y el padre de MM, es decir que los propios padres tratarían de tapar el asesinato de su hija perpetrado por su yerno. Sería un caso único en el mundo. De hecho, la madre de María Marta actúa como querellante en el juicio a través de la abogada Zulema Rivera y la hipótesis que sostiene es la contraria a la de Molina Pico. Que efectivamente Carrascosa y todos los demás creyeron que MM había muerto golpeándose con las filosas canillas del baño, que ningún médico vio disparos ni dudó del accidente, que hasta los forenses que hicieron la autopsia dijeron que lo de MM parecía un golpe y no se veían los disparos, que fue la propia familia la que planteó las dudas a través de John Hurtig y que por ello estuvieron el fiscal y el jefe de investigaciones en el velatorio. La madre de MM cree que a su hija no la mató el yerno sino la banda que robaba en el country, encabezada por el vecino Nicolás Pachelo e integrada por varios vigiladores.
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