La Armada se aprestaba ayer a comenzar a preparar al rompehielos “Almirante Irízar” para ser remolcado a la Base Naval de Puerto Belgrano. Eso es posible porque “ya no hay mas focos ígneos” en el buque, que está “controlado y náuticamente seguro”. La actual situación fue posible por las tareas de refrigeración con agua en todo el sector externo, lo que permitió “el ingreso al interior (del buque) para combatir o retardar el fuego”. En la nave permanecían su comandante, Guillermo Tarapow, y treinta hombres de varias unidades navales, de la Agrupación Buzos Tácticos y del Servicio de Salvamento de la Armada. Todos trabajaban en torno del rompehielos, según el informe difundido ayer. El parte destacó que se “mantienen cuidadosas medidas (de seguridad) para evitar cualquier tipo de contingencia” respecto de las embarcaciones que operan en las inmediaciones o de las personas que trabajan y circulan en las diferentes cubiertas de la nave. Sobre el clima, se dijo que ayer había “vientos moderados a fuertes”, pero que las condiciones generales eran “favorables”. En las tareas colaboran el destructor “Almirante Brown”, las corbetas “Robinson” y “Granville” y el aviso “Suboficial Castillo”. Ayer fueron recibidos en el Puerto de Mar del Plata los 18 tripulantes del pesquero “Don Cayetano”, que rescató a 117 marinos del “Irízar”. El jefe de la Base Naval Mar del Plata, Delfor Raúl Ferraris, expresó “el agradecimiento de la Armada” y la tripulación bajó entre los aplausos.