En cinco días, inspectores porteños controlaron 687 obras en construcción y en 71 de ellas descubrieron falencias que ponían en riesgo la seguridad. Los profesionales a cargo fueron suspendidos.
› Por Eduardo Videla
Las inspecciones realizadas en obras en construcción durante apenas cinco días por el gobierno porteño dejaron como saldo la aplicación de sanciones a 71 profesionales a cargo de la dirección de las obras –arquitectos e ingenieros– por irregularidades que en algunos casos ponían en riesgo la seguridad. El resultado del operativo fue alarmante: una de cada diez obras presentaba irregularidades. En lo que va del año, ya son 123 los profesionales penalizados, con sanciones que van desde la aplicación de multas a la suspensión del uso de la firma por un lapso de entre uno y tres años. En todo 2006, los sancionados sumaron 148. Las entidades profesionales protestaron ante el gobierno por la mayor rigidez en los controles, intensificados tras la seguidilla de derrumbes en casas linderas a obras en construcción. Pero admitieron que algunas fallas pueden obedecer a “la falta de máquinas para hacer las excavaciones en etapas”, que es la forma indicada para evitar el derrumbe de las medianeras.
“Llama la atención que unos días después de haber aplicado diez años de suspensión al arquitecto que estaba al frente de (la avenida) Pedro Goyena, que ocasionó un derrumbe, fueron detectadas 71 obras con falencias de seguridad”, afirmó el subsecretario de Control Comunal porteño, Federico Peña. En cada una de las obras en que se detectaron infracciones, se sancionó al profesional responsable.
El sistema de control de obras se limita, de acuerdo con el Código de Edificación, a la revisión del cumplimiento de las normas de seguridad: cartel de obra, pantallas protectores y aceras liberadas de materiales, entre otras. Que se construya de acuerdo con el plano aprobado es una atribución tercerizada a profesionales matriculados.
El sistema pareció entrar en crisis a partir de la serie de derrumbes ocurridos en fincas linderas a excavaciones de obras, en casi todos los casos, producto de “una deficiente submuración de las medianeras”. En efecto, según explicó Peña, el procedimiento correcto consiste en excavar por partes, submurar (construir una pared para evitar desmoronamientos) cada sector antes de volver a excavar y apuntalar convenientemente las medianeras.
Según las explicaciones que las entidades profesionales dieron al gobierno porteño, el auge de la construcción es tal que “no hay en plaza suficientes máquinas excavadoras, por lo cual las empresas hacen la excavación completa y luego realizan el trabajo de submuración”. El problema es que las lluvias erosionan la tierra, se debilitan los cimientos y se producen los derrumbes.
Ante esta situación, la Subsecretaría de Control Comunal dispuso un operativo especial de obras en proceso de excavación o demolición. Entre el 16 y el 20 de abril se verificaron en total 687 obras. De ellas, 71 presentaban “falencias de seguridad en distinto grado”. Si bien “en ninguno de los casos presentaba riesgo de derrumbe, 27 de ellos fueron considerados de carácter medio o importante, por lo que se dio intervención a la Guardia de Auxilio.
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