Mar 06.08.2002

SOCIEDAD

Apenas dos de cada cien chicos de clase media comen como es debido

Es el resultado del exceso de comida chatarra. Un estudio del CESNI determinó además que la calidad de la dieta baja a medida que se acercan a la adolescencia. Y que es peor en las chicas.

› Por Mariana Carbajal

Un estudio sobre chicos de sectores socieconómicos medios detectó que apenas el dos por ciento de ellos tiene una dieta “óptima” desde el punto de vista nutricional. Muy pocas frutas y verduras, y una elevada proporción de gaseosas, golosinas y galletitas dulces son el denominador común en la comida diaria de estos chicos, según los resultados de un relevamiento del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI), colaborador de la OMS, presentados ayer en el Congreso Argentino de Nutrición que se desarrolla en Buenos Aires. Otros dos hallazgos fueron que la calidad de la dieta disminuye a medida que se acercan a la adolescencia y que es peor aún en las chicas que en los varones. Al mismo tiempo, en otro trabajo, el CESNI analizó comida “chatarra” y encontró que un solo combo de una hamburguesa con papas fritas aderezadas cubre entre el 50 y el 80 por ciento de las grasas que tiene que comer un chico en todo un día (ver aparte).
El primer estudio midió la calidad de la dieta de 180 chicos de 4 a 14 años que concurrieron entre marzo y enero último a una colonia de vacaciones del Gran Buenos Aires. El relevamiento determinó que el 23 por ciento tiene una dieta “pobre” y el 74,8 por ciento una dieta “mejorable”. “El trabajo nos permitió confirmar una tendencia del consumo de los chicos de este nivel socioeconómico: por comodidad de sus madres suelen comer comida chatarra que les aporta calorías, pero que nutricionalmente no son buenas”, destacó Paula Pueyrredón, licenciada en Nutrición y una de las investigadoras del CESNI.
Para el estudio, el CESNI desarrolló un Indice de Calidad de la Dieta (ICD) basado en el Healthy Eaten Index, formado por diez componentes: los cinco primeros se refieren a las kilocalorías recomendadas para cada grupo de alimentos (almidones, carnes, lácteos, frutas y vegetales) y los cinco restantes a metas nutricionales (grasa total, grasa saturada, colesterol, aporte de hierro y de calcio). Cada componente tiene un puntaje que va de 0 a 10 puntos. “Un ICD por arriba de 80 significa dieta óptima, entre 80 y 51 implica dieta mejorable y menor de 51, dieta pobre”, explicó a Página/12 Pueyrredón. Uno de los resultados más alarmantes es que en el grupo de chicas de 11 a 14 años el ICD promedio se encuentra “muy cerca del índice de una dieta pobre”. Entre prepúberes y adolescentes mujeres se detectaron bajos puntajes de calcio y hierro: apenas 4,9 sobre 10 puntos en ambos casos. “Paradójicamente, es una etapa en la que esos nutrientes son muy necesarios porque están desarrollándose”, advirtió Pueyrredón. En general, en todas las edades, los índices promedio de fruta resultaron “bajos” y los de verduras “muy bajos” (en promedio, 1,1 sobre 10 puntos).
De acuerdo con el estudio, la calidad de la dieta “disminuye” a medida que aumenta la edad y es mejor en los varones –en todas las edades– que en las mujeres. Para el rango de edad de 4 a 6 años, el Indice de Calidad de la Dieta fue de 65,1 en las nenas y 66,3 en los nenes; para el grupo de 7 a 10 años, de 61,9 en las chicas y 62,6 en los chicos; y para los de 11 a 14, de 51,7 en mujeres y 57,1 en varones.
Otro hallazgo fue que estos chicos tienen un consumo “considerable” de bebidas y alimentos azucarados. Un cuarto de la energía es cubierta por ese tipo de productos, que se caracterizan por un aporte elevado de calorías y pocos o ningún nutriente. De ese total, un tercio corresponde a gaseosas, otro tanto a golosinas, y el resto se distribuyen entre galletitas dulces, azúcares para edulcorar infusiones y dulces. Diariamente, un 32 por ciento de los chicos relevados consume jugos en polvo y envasados, y un 29 por ciento, gaseosas; mientras que un 67 por ciento come cada día alfajores y galletitas dulces. “Se debe tener en cuenta que el consumo en exceso de azúcares simples se asocia con problemas de salud como obesidad, las caries dentales y una pobre calidad de la dieta. Las gaseosas, por ejemplo, son de los peores alimentos: lo único que tienen es azúcar y el resto de sus componentes son aditivos que no tienen ningún aporte nutricional”, explicó Pueyrredón.

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