¿Se imagina cuánta grasa ingresa al organismo de un chico cada vez que se deleita con un combo? El Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni) se tomó el trabajo de analizar la composición en ácidos grasos de comidas rápidas y snacks, y ayer presentó los resultados en el Congreso Argentino de Nutrición que se desarrolla hasta mañana en el Hotel Sheraton, de Retiro. Para tener una idea de lo que puede significar una sandwich de hamburguesa aderezado acompañado con papas fritas, la bioquímica Alicia Rovirosa explicó que uno solo de estos combos cubre entre el 50 y el 80 por ciento de las grasas que tiene que comer un chico de 7 a 10 años en todo el día. “Esto significa que si se comió uno al mediodía le queda poco margen para no pasarse en la cantidad de grasas que requiere su organismo”, advirtió Rovirosa, autora del estudio.
Otros de los alimentos que analizó fueron sandwiches de fiambre, de milanesas y panchos. “Comparativamente tienen un poco menos de grasa que un combo de hamburguesa y papas fritas, pero contienen predominio de grasas saturadas, que son las que elevan el colesterol en la sangre. Uno solo cubre entre el 20 y el 30 por ciento de las necesidades de grasas de un niño”, detalló a Página/12. El tercer grupo de alimentos fueron snacks, como papas fritas y chizitos. “La ingesta de una porción chica, de aproximadamente 40 gramos, cubre entre el 18 y el 25 por ciento de la ración diaria de grasas de un chico”, agregó la bioquímica. “Una dieta se evalúa a lo largo de una semana. El problema es que hay muchos chicos que día por medio almuerzan este tipo de alimentos y desconocen que la acumulación de lípidos en las arterias empieza en la niñez”, señaló Rovirosa.