SOCIEDAD › CONDENAS ENTRE 8 Y 15 AÑOS POR EL SECUESTRO DE ERNESTO RODRIGUEZ
El Tribunal Oral de San Martín condenó a Sergio Leiva, El Negro Sombra, y a Horacio “Lala” López a 15 años por el secuestro del padre de Corcho Rodríguez. Habían sido condenados por un hecho similar.
El prontuario de Sergio Leiva, más conocido como El Negro Sombra, está cada vez más cargado. Ayer lo condenaron a 15 años de prisión por el secuestro de Ernesto Rodríguez, el padre del empresario Jorge “Corcho” Rodríguez. Es su tercera pena en menos de tres años. Por el mismo caso fue condenado ayer Horacio “Lala” López, que recibió 15 años, igual que El Negro Sombra, ambos como coautores del delito de “secuestro extorsivo agravado”. La sentencia alcanzó, además, a Walter Silva, quien recibió 13 años y seis meses, y a Daniel Fabra Señorans, condenado a ocho años de cárcel. El padre del Corcho Rodríguez fue secuestrado el 23 de diciembre de 2003 cuando salía, en compañía de su esposa, de su casaquinta del partido bonaerense de General Rodríguez. Lo tuvieron cautivo 43 días y fue liberado por la policía en febrero de 2004, luego de un sangriento tiroteo. Leiva y López siempre dijeron ser inocentes, pero los miembros del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de San Martín no les creyeron.
El Negro Sombra y Lala fueron considerados responsables directos del secuestro, mientras que el uruguayo Fabra Señorans, que en el debate reconoció haber cuidado y dado de comer a Rodríguez durante el cautiverio, fue señalado sólo como “partícipe secundario”. Los jueces Lucila Larrandart, Marta Milloc y Enrique Manson tomaron como acreditados dos agravantes: la edad de la víctima –más de 70 años– y la participación de tres o más personas. El veredicto fue dado a conocer en el edificio de Villate 2121, en Olivos.
Dos de los acusados, Lala López y Silva, hicieron su alegato final antes de que se leyera la sentencia. “No tengo nada que ver con los hechos. Sigo creyendo en la Justicia y en que me equivoqué en no haber trabajado para la policía”, sostuvo López, sin aclarar el porqué de su enigmática confesión. Silva, por su parte, dijo que estaba “mal por lo que le pasó a mi amigo”, en alusión a José Villegas, de 21 años, muerto durante el tiroteo con la policía que permitió la liberación de Rodríguez. “Sigo creyendo que no tengo nada que ver” con los hechos, insistió Silva.
En el enfrentamiento con miembros del Grupo Halcón, de la Bonaerense, además del Potro Villegas murió Jorge Luis “El Jeta” Medina.
Luego de los descargos, los jueces resolvieron pasar a un cuarto intermedio y a las 16 se leyó el veredicto. Los cuatro acusados escucharon en silencio las penas, pero Daniel Palermo, defensor oficial de Silva, gritó en varias ocasiones: “¡Pero cómo! ¿Y Sica?”. Hizo referencia al fiscal federal Jorge Sica, cuestionado por los defensores por la forma en que llevó la instrucción. Las defensas pidieron que se investigara a Sica por supuestas irregularidades, pero el tribunal no les dio la razón.
“Obviamente que voy a apelar el fallo. La única prueba que tenían eran las pericias de las escuchas telefónicas que pedí impugnar por la falta de idoneidad del que las realizó”, dijo José Vera, abogado de Leiva. Aludió así a los llamados pidiendo el pago del rescate. Un perito dijo en la audiencia que la voz que se escuchaba era la del Negro Sombra. Juan Palmes, el abogado de López, sostuvo también que su defendido no tenía “ninguna vinculación” con el hecho investigado y que “no había pruebas” como para condenarlo. “No condenaron a Horacio Abel López, sino a Lala López. Lo condenaron por ese cartel”, sostuvo Palmes, en referencia a los antecedentes penales de su representado.
El mismo tribunal había condenado, en abril de este año, tanto a López como a Leiva por el secuestro de Mirta Fernández, una mujer que en el año 2003 fue secuestrada, violada y sometida a torturas, con picana eléctrica, por sus captores. En ese juicio, les dieron 23 años de prisión. En septiembre de 2005, El Negro Sombra recibió otra pena, a 21 años y seis meses de cárcel, por los homicidios de Mariano Menéndez y Guillermo Lindon. El secuestro del padre del Corcho Rodríguez terminó el 4 de febrero de 2004, cuando el fiscal Sica ordenó el operativo en una finca de General Rodríguez, sobre la Ruta 7. La víctima fue liberada sana y salva.
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