Cada vez que se debate sobre la despenalización del aborto reaparecen en escena afirmaciones como “los abortos ponen en riesgo la vida de la mujer” o “daña su salud psíquica”. Otras con sesgo estigmatizante como “alguien que no quiere dar a luz que use anticonceptivos” o, en su defecto, “no tengan relaciones sexuales”. También está la versión más agresiva: “Las mujeres no deberían tener sexo si no aceptan las consecuencias”. Aborto no es una mala palabra es una guía de la organización Católicas por el Derecho a Decidir que brinda herramientas para responder a éstas y otras afirmaciones contra la práctica y a derribar los estereotipos que albergan muchas de ellas.

La guía se emparenta, ya sea por el formato o por el lenguaje utilizado, a una herramienta para sumar votos a la campaña a favor de la despenalización del aborto. “¿Cómo hablar de aborto en la Argentina?” es el interrogante que abre el camino a un conjunto de estrategias de comunicación y a un abanico de afirmaciones, algunas más sólidas y consistentes que otras, para defender la propia postura frente a un adversario que rechaza su visión y a un público que no tiene posición tomada o que a partir de la discusión se replantea ciertas cuestiones.

“Usarla para armar una nueva guía”, es la propuesta de Coca Trillini, coordinadora de Católicas por el Derecho a Decidir, sobre la iniciativa. “Ya sea para aceptar o contradecir los argumentos, se la puede tomar para abrir el debate sobre un tema donde en la propia Iglesia hay posiciones diferentes.”

Aquellas mujeres que acepten el desafío se encontrarán en el primer capítulo con las estrategias necesarias para lograr “una comunicación exitosa”. Los lectores cuentan con una lista de recomendaciones sobre el mensaje, el contexto de comunicación y al público que está dirigido el mensaje. “Conocé a tu público”, “dirigí el debate, no te amoldes a él”, “hablale a tu público, no a tus adversarios o adversarias”, “hacé preguntas difíciles”, son algunos de los consejos expuestos en el texto.

En el capítulo siguiente aborda uno de los argumentos más fuertes en contra de despenalizar la práctica: los riesgos para la salud de la mujer. El lector o lectora tiene dos respuestas que resumen la siguiente idea: “El aborto no penalizado es una intervención médica simple y sin riesgos” y, en cambio, “los abortos ilegales y clandestinos provocan cientos de muertes de mujeres por año en todo el mundo”.

Los daños psicológicos que puede ocasionar en las mujeres tomar la decisión de interrumpir el embarazo es otra de las afirmaciones para las cuales hay argumentos para derribar. Uno de ellos sostiene que los problemas emocionales que plantean los sectores opositores se resuelven con su despenalización. “Con esta medida se reduce la culpa y se mejoran las posibilidades de pedir ayuda en una situación a menudo triste y difícil”, se señala en la primera opción.

También brinda argumentos para responder a afirmaciones que encubren una cierta concepción de la mujer. “Las mujeres no deberían tener relaciones sexuales a menos que acepten las consecuencias” o “si alguien no quiere dar a luz, que use anticonceptivos o no tenga relaciones sexuales” son dos ejemplos de este tipo. La guía plantea diferentes respuestas para reflexionar sobre los estereotipos y prejuicios que recaen sobre las mujeres a la hora de hablar del sexo. “Para las que se oponen a la despenalización, el sexo no es algo positivo de por sí, si no incluye estar dispuesta a la procreación”, citan.

Cuándo el feto se convierte en persona es otro de los tópicos en donde cada parte de la contienda pone sobre la mesa los argumentos, los estudio de teólogos y análisis que sustentan su afirmación. Para contrarrestar las afirmaciones de los sectores conservadores de la Iglesia Católica que sostienen que “el feto es una persona desde el momento de la concepción”, la guía enumera los argumentos científicos, médicos, jurídicos que no comparten este punto de vista como así los planteos que nacen en el mismo seno de la religión. Como último aporte, las lectoras tienen opciones para reaccionar a los insultos y ataques personales que se cuelan en las discusiones. ¿Ha tenido un aborto? es uno de las más corrientes. La respuesta es un asunto personal y “la decisión de si la contestás o no es tuya”, cierra la guía que está venta en la Librería de las Mujeres, ubicada en Hipólito Yrigoyen 1536, en la ciudad de Buenos Aires.

Informe: Elisabet Contrera.