Mié 20.06.2007

SOCIEDAD

El caso García Belsunce hacia el capítulo final

El fiscal, la defensa y la querella tuvieron su última oportunidad para replicar críticas y fundamentar posiciones. El viudo insistió en que es inocente. La sentencia se conocerá el 11 de julio.

› Por Raúl Kollmann

La escena final del juicio será el miércoles 11 de julio a las 15.30. Ese día, el tribunal integrado por María Angélica Etcheverry, Luis María Rizzi y Hernán San Martín dirán si consideran que Carlos Carrascosa es culpable o inocente y cuáles son los fundamentos de esa decisión. Ayer se desarrolló el anteúltimo acto del drama. El viudo fue muy breve. Dijo: “Soy inocente, pido ser absuelto y que se reabra la investigación para saber quién mató a mi mujer”. En las horas previas, la fiscalía, la defensa y los representantes de la madre de María Marta se trenzaron en un duro enfrentamiento que de a ratos transitó lo técnico, pero en otros momentos se centró en lo que cada uno consideró puntos fuertes propios y debilidades del adversario.

Estos fueron los cruces fundamentales entre el fiscal Diego Molina Pico y los defensores Alberto Cafetzoglus y Diego Ferrari, por un lado, y los representantes de la madre de MM, Zulema Rivera y Gustavo Hechem, por el otro:

- Sobre el móvil del crimen. Fue una de las mayores críticas al fiscal Diego Molina Pico, que ayer sostuvo que sigue creyendo en que el dinero sucio del Cartel de Juárez fue el motivo del asesinato, pero que no lo pudo probar. Sin embargo, argumentó que muchas veces no es necesario saber el móvil para imputar por un homicidio. La defensa manifestó en este punto su asombro, porque en su alegato el fiscal había hablado de una pelea interpretada como pasional y de la que no hay testigos. Criticó al fiscal por volver a hablar de algo que no sólo no pudo probar, sino que no mencionó en el alegato y, además, cambió por otra hipótesis, la pasional.

- Sobre la acusación imprecisa. Una de los vacíos señalados por la defensa es que Molina Pico no pudo precisar ni quién disparó ni cuál fue el papel de cada uno de los que el fiscal acusa: Carrascosa, el cuñado Guillermo Bártoli y la hermana de MM, Irene Hurtig. El fiscal explicó ayer: “No se puede decir si Carrascosa jaló el gatillo, limpió las manchas o le pegó con el atizador, porque fue un crimen a puertas cerradas”. Su convicción está en que en el momento del asesinato había tres personas en la casa, Carrascosa, Bártoli y Hurtig, y ellos cometieron el crimen. La defensa sostiene que la acusación es nula porque no sólo no está probada la presencia de ninguno de los tres en el momento del crimen, sino porque una acusación válida tiene que basarse en cómo ocurrieron los hechos. El fiscal no admite esa postura e insiste en que no es necesario el detalle porque todo se produjo en un lugar cerrado y aislado. Esta es una de las primeras cuestiones sobre las que se expedirá el Tribunal.

- Acusación por homicidio y encubrimiento. La defensa considera nula la acusación porque sostiene que son imputaciones alternativas que se excluyen entre sí. Si una persona es el homicida no puede ser acusado de encubrimiento porque es tácito que uno tapa su propio delito, es decir que si hay condena por el asesinato no puede haberla por encubrimiento. Este diario consultó al juez federal Rodolfo Canicoba Corral sobre el punto. El magistrado señaló que es un punto muy discutible, pero puso el eje en otro aspecto: “Si se acusa por homicidio o encubrimiento, se está demostrando poca convicción en la imputación por homicidio”. Lo concreto es que el fiscal señaló que la acusación alternativa ya se usó en otros casos, el de María Soledad Morales y el del asesinato de José Luis Cabezas, y consideró que al hacer las dos imputaciones le permitió a Carrascosa defenderse de ambas.

Más allá de estos puntos, el fiscal y los letrados se enfrentaron también en las formas. Molina Pico leyó un texto de Cafetzoglus, que es profesor universitario, y le dijo que borraba con el codo lo que escribía con la mano; mientras que Cafetzoglus le contestó que el texto se lo daba a los alumnos de tercer año que lo interpretaban mejor que el fiscal.

Tal vez el único punto que tengan en común la fiscalía, la defensa y los representantes de la particular damnificada es que todos consideraron ecuánime la actuación de los jueces. Los magistrados aceptaron con la máxima amplitud la presentación de pruebas y condujeron con pericia e imparcialidad un juicio que se presentaba complejo y muy expuesto a la opinión pública. Seguramente el 11 de julio las partes ya no mantendrán esa unanimidad sobre el Tribunal, por cuanto el fallo dejará exultante a alguno e indignado a otro.

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