SOCIEDAD › CASO DALMASSO: LA LUPA SOBRE LOS MACARRON
› Por Raúl Kollmann
El caso Dalmasso entrará en un debate esencialmente científico en las próximas dos semanas. Incluso la prueba decisiva también podría asentarse en lo científico, ya que los estudios de ADN que se están terminando en Estados Unidos estarían disponibles el mes que viene y actuarán como árbitro en la polémica. Desde el punto de vista genético, ayer se aclararon dos puntos controvertidos. Por un lado, que la investigación no está centrada únicamente en Facundo Macarrón, sino en todo el linaje paterno, incluyendo al abuelo Félix. También el fiscal Javier Di Santo aclaró que las células del linaje Macarrón están presentes en 13 muestras distintas recogidas desde la vagina, pasando por la vulva de la víctima, el cinturón de la bata y las sábanas. Por otro lado, la defensa de Facundo, encabezada por Marcelo Brito, realizará esta semana una ofensiva para que se haga una reevaluación de la autopsia para determinar, de una vez por todas, si hubo o no violación. Además, se ha dispuesto que empiece la pericia psiquiátrica a Facundo.
La genetista Ana María Di Lonardo, creadora del Banco Genético de Datos que sirvió de base para la identificación de los hijos de desaparecidos, será la perito de parte de la familia Macarrón. Ella trabajará junto a los genetistas del Ceprocor, que actúan como peritos oficiales, y un especialista designado por la defensa del pintor Gastón Zárate. La tarea concreta es el reprocesamiento de las muestras recogidas en la escena del crimen. Se trata de un reprocesamiento porque esas muestras ya fueron analizadas por el Ceprocor, pero el trabajo se interrumpió dado que el fiscal dispuso que se enviaran a Estados Unidos, al FBI. De allí vinieron devueltas porque el FBI dijo que no trabaja sobre muestras ya analizadas.
Ayer hubo un cruce respecto de los lugares donde se encontraron las células cuyo linaje masculino es el de los Macarrón. Brito señaló que se encontraron únicamente en la muestra recogida de la vagina de Dalmasso, pero Di Santo ratificó lo ya dicho por Página/12: las células están en las 13 muestras levantadas en la escena del crimen. Aun así, no está para nada claro que correspondan a Facundo. Las hipótesis alternativas son dos:
- Que sean de Marcelo Macarrón, el marido de Nora, que durmió en esa cama, que pudo haber tenido contacto con la bata y que mantuvo una relación sexual con su esposa antes de viajar a Punta del Este. El fiscal no cree en esta variante porque, según afirma, hay células que provienen de las sábanas y éstas fueron cambiadas después de la partida del marido.
- La otra posibilidad es que las células se correspondan con el abuelo de Facundo, Félix. Tiene una coartada muy férrea: su esposa y su hija declararon que durmió en su casa. El fiscal, de todas maneras, manifiesta que hay cosas que no le cierran y, además, afirma que tiene el dato de un auto blanco, que podría ser el que se estacionó frente a la casa de Nora a las cinco de la mañana de aquel sábado en que se cometió el crimen.
Desde el punto de vista criminalístico, la imputación contra Facundo y contra Félix es más que endeble. Ninguno registra antecedentes de ataques sexuales, no hay un solo testimonio que los involucre, y en el caso del joven no existe indicio alguno de que haya estado en Río Cuarto. Igual, el fiscal sigue adelante y considera que la prueba genética lo obligaba a hacer una imputación, aunque sea en grado de sospecha leve.
En forma paralela, el defensor de Facundo, Marcelo Brito, pedirá que se reevalúe la autopsia. Brito está convencido que Nora fue víctima de un ataque sexual muy violento, con golpes en el mentón y la cabeza que pudieron dejarla atontada o casi inconsciente. Por último, la fiscalía dispuso la pericia psiquiátrica de Facundo.
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