Vie 22.06.2007

SOCIEDAD  › LA REHEN SE TIRO DEL AUTO Y AVISO A LA POLICIA

Raid de ladrones inexpertos

Regla básica del manual del ladrón: si una de las víctimas del robo se escapa, abortar la operación. Dos jóvenes e inexpertos asaltantes aprendieron ayer esa lección de la forma menos aconsejable cuando fueron atrapados in fraganti mientras robaban. Los delincuentes habían tomado cautiva a una pareja para obligarlos a sacar plata de cajeros automáticos y robársela, pero en el alocado trayecto que realizaban, una de las víctimas –la mujer– se tiró del auto y escapó. Los ladrones siguieron camino con el novio y lo forzaron a que los lleve a su casa. Allí los encontró la policía, que minutos antes había sido alertada por la chica escapista, hija de un jefe de la Federal.

Los asaltantes, uno de 15 y otro de 20, habían sorprendido a Maitena Herrán y su novio, Patricio Waddle, cuando estaban en su auto estacionado en la entrada de la casa de la chica, en Caballito. Tras abordar el vehículo, amenazaron a Waddle para que los llevara a un cajero automático y de esa forma robarle el dinero de sus cuentas.

Primer error, diría un veterano. El hombre, de 28 años, no dudó: les aseguró que con las tarjetas que tenía sólo podía retirar dinero de bancos ubicados en el microcentro, para de esa forma alejarlos del domicilio de Herrán. Minutos después, en el camino hacia los cajeros supuestamente habilitados para la extracción, la chica aprovechó una disminución de velocidad y se tiró del vehículo en movimiento, en la esquina de Rivadavia y José Martí. Con sólo unos raspones, logró escapar.

A pesar de eso, los jóvenes asaltantes decidieron seguir con el raid. Lograron que Waddle retirara 400 pesos de un cajero y, cuando iban camino a otro, el auto se quedó sin GNC. Sin pensar demasiado, le preguntaron dónde vivía y lo subieron a un taxi con destino hacia su casa. Claro, no tuvieron en cuenta que la novia escapista, hija del jefe de la Superintendencia Federal de Bomberos de la Policía Federal, Vicente Herrán, ya había realizado la denuncia.

Al llegar al departamento de Waddle, lo obligaron a tocar timbre, ya que vive con su familia. El padre vio al chico por la mirilla y abrió, sin saber que escondidos a un costado estaban los delincuentes, que se metieron a la casa. Allí redujeron al padre, la madre, la hermana y una amiga de ésta que se había quedado a dormir.

Tras unos 40 minutos dentro de la vivienda, en los que revolvieron toda la casa y recolectaron dinero, joyas y algunos objetos de valor, se dispusieron a escapar. Pero claro, eran dos y se querían llevar un televisor. En medio de la complicada maniobra para sacar el aparato, Patricio los empujó hacia afuera y cerró la puerta del departamento.

Los asaltantes se encontraron a las 5 de la madrugada en el pasillo de un edificio, con un televisor y un bolso lleno de objetos robados a cuestas. En esa extraña situación los encontró la policía, que había entrado al edificio con la ayuda de un vecino, que les tiró la llave de la puerta principal por el balcón. En poder de los ladrones se encontró un revólver calibre 38, cinco mil pesos y dos mil dólares, alhajas, ocho celulares, las llaves de siete autos y el televisor. Todas las víctimas del robo resultaron ilesas.

Informe: Eugenio Martínez Ruhl

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