–¿Tenés este jean en talle 44? –preguntó una clienta a la vendedora de la casa de ropa Jazmín Chebar.

El diálogo se produjo entre una integrante de la Fundación Mujeres en Igualdad (MEI) y una vendedora del shopping Unicenter, de la zona norte del conurbano bonaerense. Conversaciones de este tipo se repitieron peregrinando por una treintena de locales del centro comercial y casas de ropa de Munro, que fueron parte de una recorrida –de la que participó Página/12– impulsada por la ONG para demostrar que los empresarios de la moda no cumplen con la ley de talles en la provincia de Buenos Aires, iniciativa que busca prevenir casos de bulimia y anorexia entre las adolescentes. La organización denunciará a las empresas incumplidoras ante las oficinas de Defensa del Consumidor municipales y la Secretaría de Comercio bonaerense.

La normativa sancionada en 2001 y dos veces reglamentada en 2005 (ver recuadro) obliga a los empresarios de la moda a tener en stock talles entre el 38 y 48, y la unificación de la marcación de la vestimenta, basándose en los parámetros de las norma de calidad IRAM. La recorrida realizada ayer por mujeres de todas las edades y dimensiones corporales confirmó que la marcación de ropa continúa siendo un incógnita a develar, ya que siguen utilizando una multiplicidad de criterios, y que si se tienen unos kilos de más es una misión imposible vestirse a la moda.

“Todas las firmas que verificamos que no cumplen con la norma serán denunciadas ante la oficina de Defensa al Consumidor de San Isidro y Vicente López, como ante la Secretaría de Comercio de la provincia”, adelantó Monique Altschull, directora ejecutiva de MEI, en el marco de la campaña Género por Género que promueve acciones de acceso a la información.

La recorrida comenzó en el sho-pping Unicenter, ubicado en Martínez. En grupo o solas, unas quince mujeres visitaron locales de ropa, camufladas en el papel de eventuales compradoras y llevando dentro de la cartera o el bolso un cuestionario con las siguientes preguntas para que responda la vendedora: “¿Tiene los talles exigidos?”. Si no los tiene, “¿Por qué no?” y “¿Saben que existe una ley?”. En la distribución de los tiendas, a María Luisa Storani le tocó probar suerte en Nike Woman y Cuesta Blanca. “En ambos lugares conocen la ley de talles, pero no cumplen. En otro de los lugares, la vendedora respondió que una vez por mes pasa el inspector provincial y que “arregla” con el encargado de la tienda”, contó.

Maitén, una integrante de MEI, se encontró en Ona Sáez con la campaña lanzada por la firma llamada Anónima. Un jean para hombres y mujeres disponible hasta el número 48, pero que no tiene la marca de la firma. “El mensaje es que podés usar mis pantalones, pero no mi marca, no entrás en el target”, analizaron. En tanto, la ex diputada nacional María Elena Barbagelata invitó a su sobrina adolescente a visitar 47 Street y Dulce Carola. “La marcación no fue modificada. Siguen utilizando la fórmula large, small, medium, o la otra variable de 1, 2, 3. En Dulce Carola, tenían blusas y camisones sólo hasta el 44”, relató.

En las próximas horas, referentes de la organización presentarán pedidos de informe y solicitarán sanciones para una veintena de locales del centro comercial, entre las que se encuentran, además de las nombradas, Akiabara, Chocolate, Kosiuko, María Vázquez, Woman Secret, Mancini, Tucci, Vitamina y Kill. En su recorrida por el centro comercial de Munro, conocido décadas atrás como la capital de la indumentaria, se obtuvieron los mismos resultados, salvo una excepción: la casa Stone. La presidenta de MEI, Ema Cibotti, consiguió allí un jean a su medida. “Soy la típica mujer de 50 excedida en kilos y estoy sorprendida de haber encontrado un jean de moda, que no era la resaca.” El joven que la atendió reconoció que los talles más grandes son los que se venden más rápido. “Entonces, ¿por qué no se produce más cantidad de prendas con esos números?”, fue la pregunta de las mujeres ante este sinceramiento. No hubo respuesta.

Informe: Elisabet Contrera.