SOCIEDAD › UN AVION CON 176 PERSONAS SIGUIO DE LARGO AL ATERRIZAR EN SAN PABLO Y SE ESTRELLO
La aeronave de TAM aterrizaba en el aeropuerto de Congonhas, pero no pudo frenar, cruzó una autopista, embistió a un auto y se estrelló contra un depósito de combustibles, donde trabajaban 20 personas. Anoche aún no se encontraron sobrevivientes. No hay argentinos entre las víctimas.
Un avión Airbus A320 de la empresa brasileña TAM, con 176 personas a bordo –entre tripulantes y pasajeros–, siguió de largo por la pista del aeropuerto de Congonhas, en San Pablo, durante la maniobra de aterrizaje, cruzó una avenida y se estrelló contra un galpón de la misma compañía donde se almacena combustible. El choque provocó un incendio que fue combatido por 26 dotaciones de bomberos que utilizaron espuma química para frenar el avance de las llamas hacia una estación de servicio cercana. José Leonardo Mota, vocero de prensa de TAM, dijo anoche que no podía precisar el número de víctimas. En forma extraoficial se temía que no hubiera sobrevivientes. Además de los 176 ocupantes de la aeronave, en el depósito contra el que dio la máquina trabajaban al menos 20 personas. Anoche había comenzado el retiro de varias decenas de víctimas fatales, mientras se habían suspendido todos los vuelos en el aeropuerto de Congonhas, uno de los dos de mayor tráfico aéreo en el vecino país. La falta de seguridad en el espacio aéreo brasileño quedó al desnudo en septiembre de 2006, cuando se cayó un avión de la empresa Gol, con 155 pasajeros, y en junio pasado provocó la reacción del presidente Lula da Silva, luego de un choque de aviones en el mismo aeropuerto. Una autoridad aérea internacional había alertado que podían “ocurrir accidentes” de aviación en el vecino país (ver aparte).
El presidente Néstor Kirchner se comunicó anoche con su colega brasileño para expresarle “el dolor y la solidaridad del gobierno y del pueblo argentino” por la tragedia. Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional de Familiares de Víctimas del Transporte Público, Martín Lescano, aseguró que “no hay víctimas argentinas” en el accidente de San Pablo. Al mismo tiempo, Lescano sostuvo que tenía información que confirmaría que “no hay sobrevivientes en la tragedia brasileña”. En un comunicado, TAM informó anoche, sin embargo, que todavía “no es posible cuantificar los daños, tanto de vidas humanas como materiales”, dadas las características que tuvo el accidente.
Sólo se informó acerca de unas diez personas con lesiones, que serían funcionarios de TAM o personas que pasaban por la zona, pero que no estaban dentro del avión. Por razones que se desconocen, el piloto de la nave no pudo frenar y pasó de largo luego de recorrer toda la pista. No se sabe si hubo una falla en los frenos, si el piloto no disminuyó a tiempo la velocidad o si el tren de aterrizaje patinó sobre la pista mojada. Los pilotos habían denunciado que el asfalto no tenía poder de absorción o un buen drenaje porque el agua quedaba retenida sobre la pista y provocaba inconvenientes tanto en los arribos como en las partidas.
Los ocupantes del avión no pudieron ser asistidos de inmediato por los equipos de rescate, dado que las llamas lo envolvieron y era imposible llegar hasta ellos. En la misma manzana donde ocurrió el siniestro se encuentran el depósito de carga y descarga de la TAM Express y la estación de servicio. El avión se incrustó contra el depósito, luego de atravesar la avenida Washington Luiz, una de las principales autopistas de San Pablo. El vuelo accidentado tenía el número 3054 y venía de Porto Alegre. Se supo que en el mismo vuelo estuvo a punto de embarcar el equipo del club Gremio, en cuyo plantel figuran los jugadores argentinos Sebastián Saja y Rolando Schiavi.
Daniel Saja, padre del ex arquero de San Lorenzo, confirmó que los jugadores del Gremio tenían previsto tomar el avión para viajar a Goias, donde mañana tienen que jugar con el equipo local. “A último momento resolvieron abordar otro vuelo que hizo escala en Brasilia “y no en San Pablo, como habían previsto”. El avión accidentado partió a las 17.16 del aeropuerto de Porto Alegre con destino a Congonhas.
En su loca carrera, el avión atropelló a un taxi, a otros automóviles y a varias personas que caminaban dentro y en los alrededores del aeropuerto. Los heridos fueron internados en distintos hospitales. Un testigo aseguró que no hubo más choques en su paso por la autopista Washington Luiz porque el piloto logró levantar la nave varios metros del suelo luego de romper las rejas del aeropuerto.
Ante la gravedad de la situación, el presidente Lula convocó a una reunión urgente, en Brasilia, de la que participaron la ministra jefa del Gabinete Civil de la Presidencia, Dilma Roussenff; el ministro de Defensa, Walter Pires, y el ministro jefe de la Secretaría de Comunicación Social, Franklin Martins. La aerolínea TAM habilitó una línea gratuita para dar información a los familiares de las víctimas, mientras que Infraero, el ente que administra los aeropuertos, canceló –en principio– todos los vuelos previstos para ayer.
Un testigo del accidente le dijo al diario Folha de Sao Paulo que el avión “intentó aterrizar en la pista principal del aeropuerto, derrapó y atravesó la avenida Washington Luiz, cercana a la calle Otávio Tarquinio”, donde chocó con un tanque almacenador de combustible que estaba dentro de un depósito de TAM, empresa que también llega con sus vuelos a la Argentina. En el aeropuerto donde ocurrió la tragedia sólo operan vuelos de cabotaje y es uno de los de mayor tráfico aéreo del Brasil, junto con la estación aérea de Guarulhos, en la misma San Pablo, donde operan, sobre todo, vuelos internacionales.
El aeropuerto de Congonhas fue escenario de otra tragedia, en 1996, con un avión de la misma empresa. Un Fokker 100 había partido de esa aeroestación y a los 30 segundos se desplomó sobre las casas vecinas. Hubo 98 muertos. Congonhas es un aeropuerto que está en medio de la ciudad.
El titular de la Comisión Nacional de Familiares de Víctimas del Transporte Público, Martín Lescano, que conversó anoche con miembros de una organización similar que funciona en Brasil, sostuvo que “esta catástrofe aérea se veía venir por la falta de mantenimiento, entre otras cosas, que pone en riesgo a las aeronaves que estaban volando en estado de alerta”. Anoche, sobre el cierre de esta edición, TAM insistió en que todavía no estaba en condiciones de “poder determinar la extensión de los daños o de posibles lesiones sufridas por los ocupantes de la aeronave”. Dijo que la empresa trabaja con “la máxima agilidad y cuidado para confirmar la identidad de las personas a bordo del vuelo. A medida que los nombres sean confirmados, notificaremos a las familias antes de que cualquier información se torne pública”.
El accidente aéreo que se produjo ayer a la tarde en el Aeropuerto Congonhas tiene una llamativa similitud con el ocurrido en agosto de 1999 en Buenos Aires, cuando un avión de la empresa Lapa no pudo despegar del Aeroparque Jorge Newbery y atravesó la avenida Costanera. En aquel episodio, la nave rompió la reja perimetral del aeropuerto, atropelló un auto en su recorrido y se estrelló contra un talud cerca de una estación de servicio. Murieron 67 personas.
A diferencia del avión de Lapa, el avión de TAM aterrizaba. Todo lo demás es casi idéntico. La nave también traspasó una reja, atravesó una autopista y en su descontrolado trayecto arrolló a un taxi. Finalmente chocó contra un depósito de combustible, por lo que tomó fuego inmediatamente.
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