Mié 25.07.2007

SOCIEDAD  › RECLAMO AL GOBIERNO PORTEÑO POR FALTA DE SERVICIOS

El ajuste llegó a las villas

Vecinos de 14 barrios carenciados reclamaron por frecuentes cortes de luz y falta de agua corriente. No tuvieron respuestas.

› Por Carlos Rodríguez

Varios centenares de personas que viven en las 14 villas porteñas realizaron ayer una protesta frente al Palacio Municipal, para reclamar “por los cortes de luz que se vienen repitiendo en los últimos dos meses, por la falta de agua corriente y por la ausencia de camiones atmosféricos para desagotar las cloacas”. Guillermo Villar, de la Coordinadora de Villas y Núcleos Habitacionales Transitorios, sostuvo que los problemas se originaron a partir de la decisión del gobierno porteño de “recortar el presupuesto 2007 destinado al mantenimiento de la infraestructura de las villas”, en las que viven “150 mil ciudadanos socialmente excluidos que conforman la mano de obra barata que sustenta el boom de la construcción en la capital”. Los dirigentes que encabezaron la marcha no fueron recibidos por funcionario alguno y se fueron tras discutir con dos empleados que los atendieron, con la promesa de gestionar una entrevista con el jefe de Gobierno, Jorge Telerman. Fue imposible, hasta anoche, conocer la posición oficial sobre el tema.

“Acá se priorizó el equilibrio fiscal y el jefe de Gobierno, que no pudo reponerse de la derrota en las elecciones, sigue sin reaccionar para enfrentar los problemas que tenemos. La falta de luz, de agua, nos está llevando a un caos. La situación se agrava por las bajísimas temperaturas. Esto es como un incendio, igual que Cromañón, pero esta vez provocado por el frío polar”, afirmó Villar al hablar con Página/12. Es que en esos barrios predomina la calefacción por electricidad.

Los habitantes de las villas, que llenaron la mitad de la cuadra, en Avenida de Mayo al 500, expusieron sus problemas cotidianos al ser entrevistados por este diario.

“Hay cada vez más gente en las villas. En la 21 y la 24 (de Barracas) éramos siete mil hasta hace unos años y ahora somos 30 mil”, dijo Martín, que vive en esos barrios desde hace 40 años. “La luz se corta porque nunca se instalaron los 13 transformadores que habían prometido hace más de dos años. Ahora la gente, cuando salta una línea, se cuelga en otras y se producen los cortes”, aseguraron Alicia, Antonia e Hilda, de las villas 19 y 20, en el barrio porteño de Lugano.

“Otro problema son los talleres clandestinos de costura, que tienen muchas máquinas y se llevan la energía. Los transformadores se saturan y nos dejan sin luz”, se quejó María, de la villa 1.11.14, del Bajo Flores. “Hace tres meses que estamos con cortes casi todos los días y eso crea problemas en las casas, en las escuelas cercanas al barrio, en los comedores escolares y en los centros comunitarios”, agregó otra María, de la Villa 3, de Soldati. “Muchos estamos reclamando los medidores desde hace tiempo y no los conseguimos. No nos dejan pagar y como no pagamos, nadie se hace cargo de los cortes”, insisten a dúo las dos Marías.

“Hay más gente en las villas porque muchos, frente a los precios de los alquileres en otros lugares, ahora alquilan en los barrios pobres por 300 pesos por mes. Los servicios que tenemos no están preparados para tanta demanda y nos quedamos sin luz. Muchas casas tienen calefacción eléctrica y entonces nos tenemos que comer todo el frío”, aseguró Alicia, de la Villa 20. El problema alcanza a los establecimientos educativos donde van sus hijos. “La escuela 3, de Larrazábal al 4000, está destruida. Se caen pedazos de mampostería y los chicos vieron cómo lesionaron a un obrero que estaba trabajando ahí. Esto es por la falta de presupuesto”, insistieron las denunciantes. Las mujeres y los chicos predominaban en la manifestación. Un cartel anticipaba un reclamo al jefe de Gobierno electo, Mauricio Macri. “Va a estar buena la Escuela número 22”, era el slogan, similar al que usó el PRO durante la campaña electoral. La leyenda aparecía en una larga bandera y a renglón seguido venía la ironía crítica: “(va a estar buena)...cuando la terminen”. El trapo era sostenido por un grupo de docentes. “A la escuela la inauguró (Aníbal) Ibarra, hace cinco años, pero no está terminada.” El establecimiento está en Iriarte y Montesquieu, en Barracas. Ayer, las villas pidieron soluciones, pero no las recibió ningún funcionario. Este diario tampoco pudo obtener ayer ninguna respuesta oficial, pese a reiteradas consultas.

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