El ex diputado socialista Héctor Polino denunció ante la Justicia que el gobierno porteño alquiló un edificio para uso oficial, con un contrato por el cual “se podría haber comprado un inmueble de esas características”, y que después de siete meses de alquiler no ha sido ocupado. Se trata del edificio ubicado en Perón 2933/41, destinado a la Dirección General de Administración de Faltas. Desde el gobierno de la ciudad aseguran que para la firma del contrato se siguieron todos los pasos que marca la ley y que “el edificio estará en funcionamiento en 45 días”.

Polino presentó una denuncia por presunta “administración fraudulenta” contra el ministro de Gobierno porteño, Diego Gorgal, quien firmó la resolución de “necesidad y urgencia” por la cual dispuso la contratación directa para la locación por tres años del edificio, por un pago mensual de 287.500 pesos. El ex diputado sostiene que ese monto es superior en un 15 por ciento a la tasación establecida por el Banco Ciudad. El gobierno se defiende asegurando que la ley de contrataciones les permite, justamente, flexibilizar los montos tasados por el banco oficial en un 15 por ciento.

“Se están abonando alquileres desde enero de 2007 por un inmueble que no se utiliza”, añadió y dijo que el total del contrato suma “más de 10 millones de pesos, monto suficiente como para comprar un edificio”. Puso como ejemplo el inmueble de la ex empresas Alpargatas, en el barrio de Barracas, que en 2004 compró la ciudad por 8,7 millones de pesos y que hoy es la sede del Ministerio de Gobierno. Este edificio, al igual que el de la calle Perón, tiene una superficie cubierta de 13.000 metros cuadrados.

Tras calificar de “inconsistente” la denuncia presentada por Polino, fuentes del gobierno porteño explicaron que el edificio se alquiló “con el aval del Ministerio de Hacienda, la Procuración y el Banco Ciudad”, y argumentaron que aún no se utiliza porque “se están realizando obras de reforma para ponerlo en condiciones para su habilitación”. En el lugar está previsto que trabajen entre 800 y 1000 personas, entre ellas, los 126 nuevos controladores de faltas designados por concurso.

Al respecto, Polino advirtió que “si hubiera una obra, en el lugar debería haber un cartel que lo indique, y allí no hay absolutamente nada”.