SOCIEDAD
› EL GARRAHAN POSTERGA CIRUGIAS POR FALTA DE INSUMOS
Cuando la salud tiene que esperar
Ante la escasez de insumos como jeringas, sondas y anestésicos, el hospital pospone cirugías programadas no urgentes. Además están considerando almacenar material descartable para reciclarlo. Para colmo, al hospital le quedaron 3 millones de dólares en el corralito.
› Por Mariana Carbajal
La crisis de desabastecimiento de insumos hospitalarios llegó a la ciudad de Buenos Aires. Ayer, las autoridades del hospital de pediatría Juan Garrahan resolvieron suspender las cirugías programadas ante la escasez de anestésicos, jeringas, sondas, agujas, guantes y hojas de bisturí, entre otros elementos indispensables para operar. La situación es de tal gravedad que estudian la posibilidad de almacenar material descartable ya utilizado para reesterilizarlo en caso de agotar los stocks, según informó a Página/12 el director médico ejecutivo, Alberto Dal Bó. “No es un problema presupuestario”, aclaró, aunque insólitamente al hospital le quedaron algo más de 3 millones de dólares en el corralito financiero. “Los proveedores no nos entregan insumos. Dicen que no tienen material porque no lo pueden importar por falta de divisas o porque la oferta está retraída por los vaivenes cambiarios”, explicó Dal Bó.
El Garrahan es un hospital de pediatría de referencia a nivel nacional. Depende del gobierno nacional y del porteño. Ayer, la Ciudad analizaba incorporarlo a la red que formó en los últimos días con los 33 hospitales locales para enfrentar la crisis de desabastecimiento. Por el sistema de “clearing” cada centro de salud entrega los insumos que le sobran y reciben los que le faltan (ver aparte).
“Estamos procediendo de manera previsora ante la incertidumbre. No estamos en condiciones de garantizar que la situación se resuelva en pocos días”, señaló a este diario el director médico del Garrahan. Como medida extrema, el consejo directivo del hospital suspendió todas las intervenciones quirúrgicas “de carácter electivo, siempre y cuando no medie empeoramiento del paciente o riesgo para su salud”, explicó Dal Bó. Aunque no recuerda situación similar de desabastecimiento en la historia del Garrahan, el directivo quiso llevar tranquilidad a la población: “La atención de las urgencias y emergencias está garantizada”, aclaró.
Ayer, se realizaron sólo 13 de las treinta cirugías programadas. Muchos de los chicos que tuvieron que volver a sus casas sin operarse llevaban más de tres o cuatro meses esperando la posibilidad de ingresar al quirófano y quién sabe cuánto más tendrán que esperar ahora. Operaciones de hernia u ortopédicas de corrección de tendones, ejemplificó Dal Bó cuando se le preguntó qué tipo de intervención quedarán en suspenso. Habitualmente, explicó, el 50 por ciento de las cirugías son de “carácter electivo”. La novedad cayó como un balde de agua fría entre los padres de los chicos que ayer tenían que operarse. Aunque se les aseguró, por nota, que la postergación de la cirugía no será perjudicial para la salud de sus hijos, muchos alzaron su voz para protestar. “La situación es muy grave. ¿Qué va a pasar con la salud de los chicos. Pueden poner en riesgo sus vidas”, cuestionó Marcelo Del Casal, delegado gremial de ATE. Hoy la organización sindical realizará un cacerolazo en las puertas del hospital.
Si la escasez de insumos se profundiza, el directorio del hospital dispondrá la reesterilización de los materiales descartables. “Es una barbaridad”, criticó el médico de la Asociación de Profesionales del Garrahan, Gustavo Oleres. “Se está discutiendo cuáles elementos se reesterilizarán. Es una medida preventiva. Si llegamos a quedarnos sin stock y no los empezamos a guardar desde ahora, no vamos a tener para reutilizar”, consideró Dal Bó.
El director médico detalló que les quedan guantes y jeringas para pocos días, hojas de bisturí para no más de quince y anestésicos para un mes. El 80 por ciento de los insumos del hospital –dijo– es importado.
El Garrahan tiene 320.000 consultas anuales y 15.000 egresos de internación correspondientes a pacientes de alta complejidad. El 50 por ciento de su presupuesto lo aporta la Nación y el otro 50 por ciento, la Ciudad. En 2001, ascendió a 85 millones. Insólitamente, el corralito bancario también afectó sus finanzas. Según confirmó Dal Bó, le quedaron adentro algo más de 3 millones de dólares, distribuidos en caja de ahorro,plazo fijo y cuenta corriente y aunque han hecho tratativas en el Ministerio de Economía, todavía no los han podido liberar.
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