Un chico de 9 años, que cayó en un pozo oculto por el césped que era utilizado por Telecom para pasar cableados subterráneos, deberá ser indemnizado por la telefónica con 13.900 pesos más los intereses, por orden de una jueza civil de San Isidro. El caso ocurrió el 24 de septiembre de 2003, en Tigre, sobre la ruta 27, cuando el chico caminaba de la mano de la abuela y se hundió en el pozo sin tapas y no señalizado, de casi cinco metros de profundidad y con agua hasta la mitad. El niño salvó su vida de milagro. En aquel momento debió iniciar un tratamiento psicológico porque comenzó a sufrir ataques de pánico, pero debió abandonarlo porque sus padres no podían pagarlo. En su sentencia, la jueza ordenó que, hasta tanto el fallo quede firme, Telecom deberá depositar 400 pesos mensuales por mes para que el niño pueda afrontar el tratamiento. “La decisión de la jueza es muy importante porque el niño ya había debido suspender su tratamiento porque sus padres no se lo podían pagar”, dijo a Página/12 el abogado de la familia, José Vera. La empresa apeló, pero ya desembolsó dos mensualidades.

“Nunca me voy a olvidar ese día”, aseguró Ana Cardozo. Se refería al 24 de septiembre de 2003. A las cuatro de la tarde, Diego, su hijo de 9 años, caminaba de la mano de su abuela Mercedes Nieves Haedo, junto con una prima de Diego, de la misma edad. Los tres avanzaban por la calle Ugarte, en Tigre, hacia la avenida Santa María (ruta 27). Pero al llegar al cruce, Diego literalmente desapareció de la mano de Mercedes. Había caído a un pozo de alrededor de medio metro de ancho y “casi cuatro metros de profundidad”, según cita el fallo de la jueza civil 12 de San Isidro, Estela Robles.

Los padres llevaron de inmediato a Diego al hospital Martínez, de Tigre, donde lo curaron de los golpes y de un corte en la cabeza. Después intentaron reclamar a Telecom para que tapara el foso, pero se encontraron con que para cualquier reclamo los atendía un contestador y no recibieron respuesta. Telecom, a su vez, negó que se hubieran realizado trabajos en el foso, que cuando los realiza toma las medidas de seguridad correspondientes (luces, carteles, indicaciones, tapas) y le cargó la culpa al vandalismo y la inseguridad: el robo de tapas. La defensa agregó que tampoco se puede caer a cuatro metros de profundidad, habiendo una segunda tapa a unos 20 centímetros de la primera. También argumentó que la responsabilidad de la caída era de los padres, que habían desatendido la guarda del chico.

Pero la jueza Robles dio por probado que el foso no tenía tapas por responsabilidad de Telecom, que la señalización también corría por su cuenta, rechazó la responsabilidad de la víctima ni de sus padres, y que los vecinos ya habían denunciado la ausencia de tapas.

En su sentencia, Robles condenó a Telecom a pagar la suma de 13.900 pesos por daño psíquico y moral. Pero en la misma sentencia, la jueza ordenó que la empresa pagara como “tutela anticipada” el valor de las sesiones a razón de 400 pesos mensuales, hasta que el fallo quede firme.