Mié 21.08.2002

SOCIEDAD

Una asociación para enseñar a las víctimas policiales a defenderse

Rosa Schonfeld se convirtió en los últimos años en referente para muchas víctimas de la violencia policial. Ahora, junto a amigos de su hijo, presentó la Asociación Miguel Bru, que dará asesoramiento e investigará los casos denunciados. La acompañó León Gieco.

“Significa una responsabilidad tremenda para nosotros y al mismo tiempo nos crea mucha ansiedad. Sabemos que es un momento muy difícil y por eso el compromiso es mayor aún.” Rosa Schonfeld de Bru está nerviosa. En estos días, en que el homicidio de Diego Peralta y las desapariciones de otros chicos de El Jagüel volvieron a cuestionar las actuaciones de las fuerzas policiales dentro y fuera de las comisarías bonaerenses, los familiares y amigos de Miguel Bru, el estudiante de periodismo asesinado en una seccional platense en 1993, decidieron dar un paso fundamental: ayer presentaron en sociedad la Asociación Miguel Bru, cuyos miembros se proponen enseñar a defenderse y reclamar justicia a las víctimas de abusos policiales y sus familiares. También harán investigaciones propias, para aportar pruebas a las causas. La inauguración fue coronada por un acto a sala llena en el Teatro Coliseo Podestá de La Plata, donde hubo murga, folklore y hasta la presencia de León Gieco.
“Recuerdo una frase de Cortázar que decía algo así como que cuando la gente ya no está uno tiende a acordarse sólo de las cosas buenas, pero en este caso no es así. Miguel era un tipo que, aunque intente evitarlo, las únicas cosas que puedo recordar de él son buenas”, contaba emocionado Jorge Jaunarena, quien fuera compañero de Bru en la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Plata, hoy devenida en Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Al momento de dialogar con Página/12, Jorge, quien será vicepresidente de la Asociación, se encontraba en medio de los preparativos para el acto, pero ya podía confirmar con alegría el multitudinario apoyo a la iniciativa: “Es impresionante la cantidad de gente que está comprando entradas. Muchos son familiares de víctimas de la Bonaerense durante la democracia y de desaparecidos de la última dictadura”, aseguraba.
Las actividades que la Asociación llevará a cabo se dividirán en principio en tres bien diferenciadas: en primer lugar, se establecerá una oficina de recepción de denuncias en el edificio de la calle 46 nº 897 de La Plata, donde se ofrecerá asesoramiento legal con abogados y derivación de casos de abuso policial e institucional a los organismos del Estado que correspondan. En segundo término, se impulsarán investigaciones propias en cada caso recibido, con la idea de aportar pruebas a la causa. Finalmente, se llevará a cabo lo que se ha dado en llamar “empoderamiento de los actores sociales”, esto es, la capacitación de las víctimas y sus familiares con el fin de hacer valer los derechos básicos y evitar torturas dentro de las comisarías.
“Todas se unen en un objetivo principal: el de defender los derechos humanos frente a los abusos del poder policial e institucional, ya sea por acción u omisión”, resumió Jaunarena, e hizo hincapié en el hecho conocido de que las víctimas usuales del ejercicio sistemático de la violencia provienen en su gran mayoría de los sectores de menos recursos, en quienes hará eje la Asociación. Además, se establecerá un centro de documentación de casos con la idea de recopilar causas judiciales. “Mi único temor es que la situación nos desborde y no podamos atender a todos los que nos llamen. Pero para mí es un gran desafío luchar para que ninguna otra madre pase por lo que yo pasé”, dijo a este diario Rosa Schonfeld de Bru, desde hace tiempo convertida en referente de quienes lidian contra el olvido. “Las madres deben saber que tienen derecho a ver a sus hijos. Que pueden intervenir en la causa y ver el expediente. Que cuando sus hijos no aparecen existen figuras legales que les permiten denunciar la situación”, sostuvo.
Rosa supo soportar varios años de complicidades judiciales y policiales hasta poder ver a los policías asesinos de su hijo, aún hoy desaparecido, presos y condenados a perpetua. “Lo único que puedo decir es que siento orgullo de mi hijo y de sus amigos y que agradezco a los que nos acompañaron en cada marcha y cada reclamo”, confiesa en referencia a las más de cien marchas de silencio en nombre de Miguel que llegaron aconvocar hasta siete mil personas en La Plata. Horas después, le tocaría preludiar a los músicos con un emotivo discurso.
La jornada siguió con las actuaciones de la murga platense Tocando Fondo, del dúo pampeano de folklore Las Voces del Pueblo, con la proyección del documental Dónde está Miguel, realizado por la Comisión de Familiares y Amigos de Miguel Bru junto con la Facultad de Periodismo, y finalizó con la actuación de León Gieco y el coro Procanto Popular. “La idea es que la pérdida de Miguel pueda engendrar cada vez más vida. Lo importante es dar cuenta de lo sucedido y ponerse a trabajar para que no se repita. Eso es lo que están haciendo Rosa y su gente y por eso los apoyo agradecido”, dijo Gieco.

Informe: Darío Nudler.

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