La iniciativa fue presentada en la Legislatura provincial con el fin de que los alumnos no se distraigan en clase. Adriana Puiggrós se pronunció en contra. Lo que opinan los chicos.
La música se escucha bajita, casi en un murmullo. La profesora lo nota en medio de la clase que dicta en el frente. Resistiendo a engancharse con el pegadizo ritmo, pone su más convincente cara de enojada y conmina a sus alumnos: “¡Apaguen ya esos MP3!”. Ese tipo de situaciones son las que busca erradicar un proyecto presentado en la Legislatura bonaerense, que prevé la prohibición del uso de aparatos de MP3 y MP4 en las aulas de Buenos Aires. La directora de Educación provincial, Adriana Puiggrós, salió al cruce de la iniciativa y aseguró no ver “ningún inconveniente en que los chicos escuchen música durante las clases”. Ajena a todo eso, a la desventurada profesora todavía se le hace imposible sacarse de la cabeza el ritmo, que fue abruptamente interrumpido luego de su reto.
La iniciativa, presentada por la diputada radical bonaerense Mirtha Calmels, establece que los estudiantes no podrán utilizar reproductores de MP3 y MP4 durante el horario de clases, y tiene como principal argumento el “uso abusivo” que de esos artefactos de reproducción de música e imágenes comenzaron a realizar los alumnos, tanto de primaria como de secundaria, en los últimos tiempos.
“La idea pasa por mantener el orden dentro de las clases, la normalidad durante la hora didáctica, en la que el docente explica conceptos a los chicos”, detalló a Página/12 Calmels. En el mismo sentido, la legisladora señaló que creó este proyecto, que prohíbe la utilización de estos aparatos sólo durante las clases y no –por ejemplo– en los recreos, “ante las quejas y los comentarios que nos llegan al respecto de profesores y directivos”. “Es lo mismo que lo que pasó con los celulares, que ahora no se pueden usar en las escuelas”, agregó.
El proyecto propone que no se permita a los niños y adolescentes de las escuelas públicas y privadas que pongan en funcionamiento sus reproductores en las horas de dictado, aunque no los prohíbe en los recreos. “Esto no tiene nada que ver con estar en contra de la tecnología, sino que lo que se intenta es preservar el acto puro de enseñar y aprender. Además, los MP4 permiten almacenar textos, con lo que se pueden terminar transformando en un machete de última generación.”
La propuesta de la legisladora radical generó una enérgica oposición de Puiggrós, directora de Cultura y Educación bonaerense, quien encontró en ella “un cerramiento a la tecnología”. “La diputada que pensó esto debe creer que las clases se siguen dictando como hace dos décadas, cuando los chicos debían estudiar de memoria. Ahora una buena parte de las pruebas son a libro abierto, así que no importa si los chicos pueden llevar algo grabado en sus MP4.”
En la misma línea, la jefa de la cartera de Educación señaló a este diario: “No me parece mal que los alumnos escuchen música durante las horas de clase, hay gente que se concentra mejor así”, y en el caso de que lo hagan mientras los profesores están explicando, afirmó que “eso lo tiene que manejar cada docente según la situación, pero con una prohibición a adelantos modernos como estos lo que vamos a lograr es volver a la escuela de la tiza y el pizarrón”.
Pero las polémicas políticas tienen una contracara más descontracturada: la de los propios estudiantes. Francisco Calvo, que cursa octavo año en un colegio privado de Monte Grande, contó que “varios compañeros míos llevan el MP4 al colegio, a tal punto que la profesora a uno de ellos ahora le dice ‘MP4’ en lugar de llamarlo por su nombre. Supuestamente no los pueden usar, pero igual cuando lo hacen nadie les dice nada. Eso sí, lo prenden sólo en los momentos en los que la maestra no está explicando, por ejemplo cuando tenemos que hacer algún trabajo en grupo”. Su hermano Fernando, que tiene dos años menos, se diferenció: “En mi aula nunca vi a nadie con esos aparatos”.
La posibilidad de que se prohíba el uso de los modernos aparatos, que permiten portar los temas musicales que se descargan de Internet, generó una controversia también entre los estudiantes consultados, aunque con mucho menos fervor que en el caso político. Nicolás Cánchero, en sexto grado de la escuela número 4 de Martínez, se tomó su tiempo para responder la pregunta sobre si estaba bien o no la idea del proyecto. Pero finalmente señaló: “Me parece correcto que lo prohíban durante las clases, porque cuando se ponen los auriculares los chicos no prestan atención y se distraen. Pero no creo que esté mal que lo usen en los recreos”.
Por el contrario, Rodrigo Mendes, alumno de octavo de un colegio privado de la zona sur del conurbano, aseveró que “tendrían que permitir estos aparatos, porque está bastante buena la idea de escuchar música en las clases y no es tan grave que los usen”. En el mismo sentido, agregó que de todas maneras “los chicos no lo utilizan durante las explicaciones, sino en los momentos en que estamos en el curso, por ejemplo, haciendo tarea”.
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