Surgió como una idea alocada, de esas que pocas veces se concretan. Pensaron el proyecto una y otra vez. Lo bautizaron Rodando Cine. El objetivo: llevar y mostrar películas argentinas en diferentes pueblos y ciudades de Latinoamérica. Sin duda, una tarea ambiciosa. Hoy, tiempo después de aquella ocurrencia, la “pantalla” rodante está lista y a punto de partir. Dos jóvenes, Alex Sly e Ine Kracht, unidos en amor y proyectos, se impusieron la misión “titánica” de recorrer el continente con su camioneta-estudio para llevar producciones nacionales a lugares impensados. Y todo sin cobrar entrada. Luz, cámara, pochoclos y a rodar.

El 29 de diciembre, Ine y Alex, ambos de 24 años, empezarán la travesía, que durará unos ocho meses. Primero, y durante 60 días, Argentina será el camino: Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, Tucumán, Salta y Jujuy. Luego vendrán otros países: Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice. El punto final del recorrido será el DF, en México. Tres más, Brasil, Chile y Uruguay, aún no están confirmados aunque sí en carpeta.

“La idea surgió como una manera de hacer un viaje distinto, en el que pudiéramos ofrecer algo”, cuenta a Página/12 la chica de esta historia, Ine Kracht. Y agrega: “A los dos siempre nos gustó mucho el cine y hoy la tecnología permite poder hacer cines móviles con sólo un proyector, una pantalla y un reproductor de dvd. Antes, los cines móviles sólo se hacían con material audiovisual en fílmico, que es muy caro de alquilar y ocupa un gran espacio. Creo que ésa es la razón por la que nunca ha habido cines móviles de alcance internacional antes que Rodando Cine”.

Ine, de nombre real Inés, es licenciada en Ciencias Políticas de la Universidad de Buenos Aires. Hoy estudia periodismo. Durante dos meses trabajó en la ONG brasileña Instituto Agora em Defensa do Eleitro e da Democracia (Instituto Agora en defensa del elector y de la democracia). Su compañero de ruta y pareja desde hace siete años, Alex (Alexander) Sly, estudió fotografía, trabajó en las ediciones 2006 y 2007 del Festival de Cine de Mar del Plata y ahora cursa la carrera de Iluminación y Cámara. También estudia gastronomía.

Fotografía, cine, ciencia política, periodismo y algo de cocina. Se combinan bien, dicen, a la hora de encarar el proyecto de cine itinerante. El viaje tomará 245 días, se realizarán 150 proyecciones en clubes, teatros, salones de fiesta, plazas y todo lugar donde se pueda poner un proyector; ahí estará Rodando Cine, mostrando la otra cara de la producción nacional, esa que casi no conoce la palabra taquilla.

Por el momento, la camioneta llevará 37 cortos y 46 largometrajes de ayer y hoy. Directores como Adrián Caetano (Después del mar, 2003), Manuel Antín (Don Segundo Sombra, 1969; y Juan Manuel de Rosas, 1972, entre otras) y José Campusano (Verano del ángel, 2004) serán de la partida.

“Queremos acercar una propuesta cultural a pueblos que padecen todo tipo de carencias –relatan Alex e Ine–. Creemos que se trata de una propuesta social porque fue encarada desde esa perspectiva: ver qué podíamos aportar a los lugares a los que fuéramos. Así como hay médicos que recorren el país aportando sus conocimientos, nosotros encontramos que podíamos ayudar enriqueciendo el capital cultural de los pueblos latinoamericanos.”

Según estimaron, en toda la recorrida, Rodando Cine contará con alrededor de 30 mil espectadores. Y no es poco. Por ello y por el contenido cultural, el proyecto recibe el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), de la Universidad del Cine y de la Fundación Inquietudes. Además fue declarado de interés por la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional, y Culto.

“La mayor expectativa –piensa primero y comenta después Ine– es poder generar un intercambio cultural con los habitantes de los lugares que visitemos. Espero encontrarme con un despertar de sensibilidades propias y ajenas, poder apreciar lo que se genera alrededor del fenómeno de llevar el cine a un pueblo que está por fuera del circuito comercial cinematográfico”.

Llevarán una pantalla, un proyector, equipo de sonido, reproductor de dvd, un grupo electrógeno, una cámara, tapes, un micrófono, y todo en una camioneta Mercedes blanca, diseñada por dentro al mejor estilo casa rodante. El día a día se podrá seguir desde www.rodan docine.com.ar

Durante los ocho meses del viaje, todo será registrado con una cámara. “La idea es hacer un documental con el recorrido en sí mismo”, apuntan. Y si se puede, proyectarlo en alguna sala al regreso de la travesía. No es una road movie, es llevar el cine argentino menos conocido donde no está. Y esa misión, hoy, tiene nombre: Rodando Cine.