SOCIEDAD › MILITANTES DEL SOMU SE ENFRENTARON CON TRABAJADORES DEL JUEGO
Los marítimos, que pretenden el control gremial de los barcos, irrumpieron en una asamblea de empleados nucleados en Aleara.
› Por Carlos Rodríguez
A los trabajadores del casino flotante de Puerto Madero les cuesta salir a flote. Ayer, varios centenares de empleados, reunidos en asamblea para analizar un reclamo de reducción horaria, tuvieron dos violentos enfrentamientos con un grupo de entre 30 y 60 militantes del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) que irrumpieron en el lugar donde se hacía la reunión, en uno de los dos barcos anclados en el puerto, a la altura de la avenida Brasil. “La asamblea era pacífica hasta que llegaron ellos (se refiere a la gente del SOMU) y nos comenzaron a agredir. Tuvimos que defendernos y entonces volaron sillas y hubo siete personas heridas”, dijo a Página/12 Gastón Platkouski, uno de los delegados de los casi dos mil trabajadores del casino. El titular del SOMU, Omar “El Caballo” Suárez, reconoció ayer que su gente tuvo un rol protagónico en los hechos: “No niego que gente del SOMU haya cometido agresiones, pero ocurre que estos muchachos hacen asamblea cada dos horas e insultan a nuestra organización y al dueño de la firma”. Como resultado, el casino estuvo ayer cerrado y seguiría así durante el fin de semana.
Los trabajadores del casino afirman que están “en el medio, como el jamón del sandwich”. En ese sentido, varios de los trabajadores consultados por este diario explicaron que “por un lado está la patota del SOMU, que dos por tres nos presiona porque El Caballo Suárez quiere que nosotros nos afiliemos a su gremio, cuando la mayoría de nosotros –cerca de 1600– estamos nucleados en el Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar (Aleara)”. Por otro lado, los mismos empleados sostienen que “nuestro gremio, el Aleara, cuyo titular es Daniel Amoroso, no hace nada por nosotros. Eso nos lleva a creer sólo en los delegados de base que elegimos y que pertenecen al Aleara”. La pelea de ayer, que tuvo un primer round a las 7 de la mañana y un segundo cerca de las 10, se suma a otros episodios similares, en los cuales el SOMU es sospechoso de haber pegado primero.
Platkouski dejó al margen del conflicto “a todos los trabajadores del casino, incluyendo los 400 que pertenecen al SOMU y que participan de las asambleas y de los reclamos sin ningún problema. Los que vienen a romper son personas de afuera que responden a la conducción del SOMU y que son apañados por el gobierno nacional”. Los incidentes tuvieron una gravedad inusitada y se acrecentaron cuando intervino la Prefectura Naval, que arrojó gases lacrimógenos. La fuerza informó que dos efectivos sufrieron algunas heridas “porque muchos de los empleados arrojaban sillas y objetos como piedras y palos contra los efectivos”, dijo una fuente de la Prefectura. Anoche estaban cerradas, y con custodia a cargo de los prefectos, todas las entradas al casino.
El secretario general de Aleara, Daniel Amoroso, que responde políticamente al electo jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, presentó ayer una denuncia ante la jueza federal María Servini de Cubría para que investigue “las agresiones sufridas por afiliados” de su organización gremial y para que se determine “si hubo una zona liberada por parte de la Prefectura para que militantes del SOMU irrumpieran violentamente en una asamblea de trabajadores del casino y los agredieran físicamente”.
Otra de las demandas de Amoroso es que se averigüe si “el jefe de seguridad del casino flotante golpeó durante los incidentes a uno de los trabajadores de la Aleara y le quitó un celular”. Según dijo Amoroso, los trabajadores del turno noche fueron “privados ilegalmente de la libertad” por la Prefectura, que al acordonar la zona les impidió salir de su lugar de trabajo hasta pasadas las 18 de ayer. Como todas las puertas de acceso fueron cerradas, tampoco pudo ingresar el personal de los turnos de la mañana y de la tarde, que permaneció en la calle para esperar la salida de sus compañeros de la noche, que habían estado durante los graves incidentes.
La asamblea de ayer se hizo para informar sobre las tratativas que se hacen con la empresa para reducir la jornada laboral. En estos momentos, los trabajadores del casino trabajan en turnos de ocho horas, con un régimen de seis días de labor y dos de descanso. Ellos aspiran a retornar a un régimen más benigno, del que gozaron hasta hace unos años, de cuatro días de trabajo y dos de descanso. Alegan que la reducción laboral es necesaria “por cuestiones de salud, ya que el lugar en el que trabajamos no tiene la necesaria ventilación, lo que ha provocado graves problemas de salud a los compañeros, sobre todo a las mujeres embarazadas, según comprobamos mediante una encuesta de salud que realizamos nosotros”, dijo el delegado Platkouski.
También habló el titular del SOMU, Omar Suárez, quien dijo que lo ocurrido “tenía que pasar tarde o temprano”, porque “las agresiones de los empleados y de la gente de Lotería hacia nuestros compañeros no se soportaban más. Los trabajadores no merecen el insulto cotidiano”, aseguró Suárez, quien a lo largo de su carrera sindical acumula varias denuncias por agresiones. “El casino funciona en un barco y los que trabajan en los barcos tienen que estar afiliados al SOMU. El personal del casino se afilia al SOMU o de lo contrario el casino se cierra”, fue el drástico comentario final de Suárez.
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