SOCIEDAD
› SECUESTRARON A OTRO ADOLESCENTE, EN RAMOS MEJIA
A la espera de Juan Pablo
El chico, de 15 años, fue capturado en un cibercafé y es hijo de un industrial. Habrían pedido 500.000 dólares de rescate.
Juan Pablo. Ese sería el nombre del nuevo chico secuestrado, de 15 años, y son 500 mil los dólares que habrían pedido por devolverlo vivo a sus familiares. Los relatos hasta ayer a última hora eran sólo extraoficiales ya que ni en el Ministerio de Seguridad, ni en la comisaría ni en juzgado federal de Morón confirmaban que habían recibido una denuncia sobre el caso, según dijeron las fuentes a Página/12. “Estamos trabajando a full en el tema pero no hay todavía una causa”, explicó un vocero de Seguridad. El secuestro se sumaba anoche, nutrido por los rumores que surgían entre los vecinos del centro de Ramos Mejía, a la lista de casos con los que campea el gobierno la provincia de Buenos Aires, sumida en una crisis en la que el propio Ejecutivo ve intereses mafiosos mezclados con el delito común. El padre de Juan Pablo sería el ex propietario de la fábrica Klaucol, que fue vendida hace poco tiempo a un grupo francés.
Hubo un comentario que apenas surgió comenzó a ser repetido junto a la enorme cantidad de misterios de las primeras horas: los padres de Juan Pablo habrían vendido hace poco tiempo la empresa para retirarse a vivir en el extranjero debido a la inseguridad que se vive. Ese era el dato que ayer le ponía el condimento sospechoso al asunto. Lo que las fuentes daban como cierto era que alrededor de las 15 el joven estaba navegando por Internet, sentado ante una de las pantallas del cibercafé Mc Rock cuando se lo llevaron a punta de armas de fuego.
El local, al que habitualmente iba el chico, está ubicado sobre la Avenida de Mayo, la calle principal de Ramos Mejía, partido de La Matanza. De allí dos hombres armados que lo tomaron por la espalda habrían sacado a Juan Pablo. El dato que circulaba anoche era similar al que en los comienzos se divulgó del secuestro de Diego Peralta: que antes de inmovilizarlo los secuestradores lo llamaron por su nombre para identificarlo. “¿Vos sos Juan Pablo?”, le preguntaron. Y cuando el chico desvió la mirada le apuntaron a la cabeza para llevárselo. Cierta confusión generó anoche un testimonio recabado por el canal TN, cuyo cronista les preguntó a los encargados del cibercafé si allí habían secuestrado a Juan Pablo. “Fue un robo, robaron la caja y se fueron, acá fue un robo”, le contestaron. Cuando el periodista preguntó si del lugar se habían llevado a un chico la respuesta fue “no lo sabemos, los delincuentes entraron a robar”.
Pero fueron varios los adolescentes que concurren al Colegio Don Bosco, institución católica y de clase media a la que iba también Juan Pablo, quienes dijeron que el secuestro había ocurrido. “Fueron dos tipos que andaban en un jeep cuatro x cuatro de color rojo”, dijo uno de ellos.
Los cálculos que sobre los tiempos del chico se hacían indicaban que a la hora en que lo secuestraron había salido de la escuela y se había detenido en el ciber para distraerse con los juegos electrónicos. Debía hacer tiempo hasta que a las 16 comenzara su clase de educación física. El chico tendría varios hermanos y la familia viviría en una casa cercana al colegio religioso muy amplia pero, al menos desde el exterior no demasiado lujosa. Lo que trascendió desde una fuente cercana a la familia fue que los secuestradores se habían comunicado durante la tarde con el padre de Juan Pablo y que le habían pedido medio millón de dólares por el rescate de su hijo. La policía anoche admitía el secuestro pero negaba que participara de las negociaciones.