SOCIEDAD
› GOLPES Y DISPAROS POLICIALES CONTRA TOBAS EN FORMOSA
“Un indio tendrá que pagar”
› Por Carlos Rodríguez
Los cien policías, muchos de civil, actuaron en malón: en la madrugada entraron por la fuerza al predio ocupado por 600 familias de una comunidad toba, a diez kilómetros de la ciudad de Formosa, y durante más de 12 horas revisaron casa por casa, dispararon sus armas, lesionaron a más de 30 personas, la mayoría mujeres y niños, tras lo cual se llevaron detenidos a ocho hombres que ahora son acusados como presuntos autores de la muerte de un policía, en un confuso episodio ocurrido horas antes del gigantesco operativo. “A muchas de las personas las sacaron de sus casas esposadas, las llevaron a la comisaría de la zona y allí muchos fueron torturados, pateados, golpeados”, denunciaron a Página/12 dirigentes de entidades de derechos humanos, religiosos y voceros de la comunidad toba. Los ocho detenidos también fueron “torturados y golpeados, mientras a otros les taparon la cabeza con capuchas de hule para asfixiarlos”. Uno de los hombres que está preso fue herido de bala en el estómago y en un brazo.
“Indio de mierda, un indio mató a nuestro compañero y un indio pagará por ello. Ese era el mensaje que los policías transmitían”, dijo a este diario el sacerdote católico Francisco Nazar, del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen. “Lo que hizo la policía fue un ataque masivo contra nuestra comunidad”, explicó Israel Alegre, miembro de Nam Qom, que significa “La Comunidad Toba”. Desde hace 12 días la asamblea toba viene sesionando en forma permanente para pedir la libertad de los detenidos y para denunciar, ante el juez Héctor Ricardo Suhr, los atropellos sufridos durante el procedimiento policial realizado en la madrugada del 17 de agosto. “Recién ahora conseguimos abogados y recién ahora podemos salir a hablar con la prensa”, explicó Alegre, como quien hace un racconto de una historia de olvidos y maltrato comunes a todas las comunidades indígenas.
A los ocho detenidos los acusan por el homicidio del policía Juan de la Cruz Barrios, ocurrido el 16 de agosto en unos campos propiedad de Gaspar Zarín. Un grupo de tobas había entrado allí porque “andaban mariscando”, es decir cazando animales silvestres y recogiendo comestibles.
“Dicen que cuando murió el policía se escucharon seis tiros seguidos, pero los tobas tenían escopetas de un solo tiro, a las que hay que cargar cada vez que se hace un tiro”, explicó la abogada de la APDH de Formosa Roxana Silva. “Los acusados dicen que fueron atacados por hombres de civil, que andaban a caballo y que eran policías. Ahora los acusan de resistencia a la autoridad, cuando la autoridad nunca se identificó. Además, ellos dicen que salieron corriendo y no hicieron nada.”
Fue después de ese confuso episodio que unos 100 policías entraron por la fuerza en el predio que ocupa la comunidad toba “sin orden judicial alguna”, subrayó Israel Alegre. Los organismos denunciaron que “operadores del gobierno” de Formosa intentaron presionar a la comunidad Nam Qom “para que no presten declaración por el ataque masivo que hizo la policía”. Anoche, en medio de la visita a Formosa del presidente Eduardo Duhalde, fue imposible hablar con el vocero de la Gobernación, Max Berendfeld, quien además trabaja en el diario El Comercio. “Los diarios locales sólo dan la versión policial”, sostuvo Nazar.