Alrededor de 500 millones de pesos del presupuesto sanitario van a parar anualmente al pago de juicios por mala praxis. Es que uno de cada cinco médicos argentinos afronta una demanda, que en promedio es de 400 mil pesos. El 26 por ciento son obstetras, el 25 cirujanos y el 14 traumatólogos. Para cubrirse, algunos profesionales prescriben estudios que no son necesarios y aumentan los costos del sistema de salud. No obstante, sólo uno de cada tres juicios son contra un médico; los otros dos, contra prepagas y obras sociales. Así, Argentina lidera el ranking de litigiosidad por mala praxis médica y odontológica en Latinoamérica, según un estudio de la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (Acami).