SOCIEDAD › ARRANCO EL JUICIO ORAL POR EL CASO AGUIRRE
El 25 de julio de 2004, Fernanda Aguirre volvía a casa desde el puesto de flores que sus padres tenían en el cementerio de San Benito, en Entre Ríos. Nunca llegó. Tenía 13 años. Una hipótesis dice que fue secuestrada, violada y asesinada. Su madre asegura que “sigue viva” y es explotada “en una red de prostitución infantil”. Los Aguirre acusaron a Miguel Lencina. Apareció ahorcado en su celda pocos días después, sin haber declarado ante la Justicia. Ayer, su primo Raúl Monzón se negó a brindar testimonio en el inicio del juicio oral. La principal imputada, Mirta Chávez, sostuvo que Lencina, su concubino, la obligó a participar del secuestro extorsivo y amenazar a la familia.
El juicio debió comenzar el 30 de julio, pero se suspendió porque el camarista Felipe Celli, presidente del tribunal, fue “jubilado en forma acelerada” por señalar que la adolescente “falleció” y vincular al poder político entrerriano en una “sórdida trama de ocultamiento”, según denunció en su momento.
Ayer, Mirta Chávez debió prestar declaración indagatoria durante la primera jornada del juicio oral por el secuestro extorsivo de Fernanda Aguirre, por el que está imputada como “coautora”. Afirmó haber sido “presionada” por Miguel Lencina para participar del delito y “amenazada por policías para incriminar a Raúl Monzón”, un primo de Lencina que está imputado por “participación secundaria” y se negó a declarar.
Además, Chávez afirmó frente a la Cámara Criminal de Paraná que las tres llamadas extorsivas realizadas a la casa de los Aguirre el 25 de julio de 2004 que la fiscalía le atribuye fueron realizadas “por orden” de Lencina. Según la acusación formal, en ellas exigió el pago de dos mil pesos por el rescate de Fernanda y amenazó a la familia.
Ella misma, como admitió en la indagatoria, recibió el pago del rescate. Luego fue con Lencina, a quien conoció en una visita a un penal de varones de la región, a la terminal de ómnibus de Paraná. Allí se reunieron con Raúl Monzón, primo de Lencina y acusado de facilitarle hospedaje y movilidad a la pareja luego del secuestro. Ayer, el anfitrión se negó a declarar. “Me llama la atención que una mujer se case con un preso y ni siquiera le pregunte por qué lo está”, ironizó una abogada de los Aguirre acerca de la relación de Lencina y Chávez.
En tanto, la madre de Fernanda, María Inés Cabrol, volvió a asegurar que su hija “está viva”, en manos de una red de “prostitución infantil”. Dijo tener una carta, escrita por su hija, en la que le cuenta que la iniciaron “en la prostitución”. Esa es su “mejor prueba”, la que confirma que su hija la necesita, como afirmó antes de comenzar el juicio. Sin embargo, no se ilusiona con que los imputados den datos sobre el paradero de Fernanda.
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