“Todavía no sabemos si vamos a hacer una marcha o un acto en un estadio cerrado, pero lo que sí sabemos es que no queremos quedarnos quietos. Porque la violencia paraliza y la parálisis de la gente la favorece.” Juan Carr, de Red Solidaria, sabe que no es el único que piensa así. Junto con él, representantes de distintas comunidades religiosas y colegios privados y públicos llevarán a cabo la semana que viene una multitudinaria manifestación contra la inseguridad con un leit motiv contundente: “Basta de violencia”. “La situación no puede ser más grave. Y no podemos quedarnos quietos cuando vemos que ahora el blanco de los secuestros son los chicos, o sea, los más vulnerables”, comentó a Página/12 Carr y subrayó su propuesta de convocar a los comedores comunitarios, “porque son el lugar por excelencia desde el que se construyen la paz y la solidaridad”. Por lo pronto, la Secretaría de Educación porteña organizó para el próximo jueves la lectura curso por curso de una proclama contra la violencia, mientras que en algunos colegios sus autoridades planean un abrazo simbólico.
Como la gota que rebasó el vaso de la paciencia, el secuestro de Juan Pablo, ocurrido el miércoles en el barrio Don Bosco de Ramos Mejía y que ayer terminó con final feliz, sirvió de disparador del encuentro del jueves en el Consejo Superior de Educación Católica. De éste participaron la gente de Red Solidaria, autoridades religiosas y de varios colegios privados de la Capital y la provincia, entre ellos, el Marín, el Santo Tomás, el Esquiú y el laico Washington.
“Hoy –por ayer– se sumaron un montón de instituciones más, sobre todo colegios públicos y comedores, hasta el punto que se nos saturaron las líneas y los mails”, aseguraba eufórico Carr. Respecto del acto programado, el director de Red Solidaria explicó: “Todavía no se definió qué tipo de manifestación vamos a hacer. La consigna va a ser que sea una protesta pacífica, porque sólo desde la paz se puede combatir la violencia”. Carr calculó para el jueves o viernes la marcha. “Lo importante es no quedarnos inmovilizados por el miedo”, sostuvo.
También en diálogo con este diario, el rabino Daniel Goldman, de la comunidad Bet-El, enfatizó sobre el carácter que debería adquirir la convocatoria: “No tenemos que oponernos a la ola de inseguridad exigiendo mayor seguridad policíaca. La lucha es también contra un sistema corrupto y represivo”, dijo. Goldman contó además que del encuentro también surgió la idea de “implementar un trabajo interno dentro de cada colegio y entre escuelas que busque concientizar a los docentes, a sus alumnos y los padres sobre la necesidad de manifestarse cuando sucede algo que nos hace daño”. “Se pensó en llevar a cabo cursos sobre la paz y la solidaridad”, comentó en ese sentido. Una de las ideas que más entusiasmó al rabino fue la de un posible abrazo a varias escuelas de la Capital, “como símbolo de que ahí la violencia no entra”. “Veremos si se hace. Tampoco queremos poner en riesgo a los chicos”, explicó.
Lo que ayer sí quedó confirmado fue la lectura de un texto contra la ola de violencia que aqueja al país, a realizarse en todas las escuelas de la Ciudad, tanto públicas como privadas. “Se va a leer el mismo documento en todos los cursos de los colegios primarios y secundarios y luego se debatirá el tema con los estudiantes”, detalló el secretario de Educación Daniel Filmus a Página/12. “Porque además de una barrera contra la violencia, la escuela debe ser la difusora principal de la tolerancia y desarrollar la cultura de la paz”, manifestó Filmus.
Finalmente, del encuentro participó también Gustavo Mangish, miembro del Departamento de Comunicación de la Conferencia Episcopal y director del Colegio Marín de San Isidro, al que asisten cerca de dos mil alumnos. “Se trata de hacer una convocatoria abierta. Que incluya a todos aquellos que quieren una Argentina distinta. Sabemos que no tenemos una receta mágica pero lo importante será generar un gesto visible y no quedarnos en nuestras casas”, dijo Mangish, para agregar luego que durante todo el día recibió “muestras de apoyo de muchas instituciones religiosas, laicas y organizaciones de derechos humanos” dispuestas a participar.

Producción: Darío Nudler.