El viejo Mercado de Abastecimiento de Palermo Viejo será reabierto hoy con las reglas del comercio justo. Habrá productos orgánicos y de fábricas recuperadas.
Como una alternativa a la economía tradicional, cooperativas, pequeños productores y fábricas recuperadas reabrirán está tarde las puertas del viejo Mercado de Abastecimiento Torcuato de Alvear, fundado en 1914 en el barrio porteño de Palermo Viejo, bajo los principios de la economía social. Allí se comercializarán sin intermediarios productos libres de químicos y transgénicos, elaborados por unas 38 entidades de la economía social de todo el país, en una iniciativa que busca unir el precio justo con el consumo responsable. En la apertura habrá espectáculos musicales, teatrales y proyecciones de cine.
Hojas de lechuga, zanahorias, hortalizas, frutas sin químicos, aceitunas, hongos, carnes libres de hormonas, pero también quesos, prepizzas y panes integrales, galletitas, cervezas artesanales, dulces sin conservantes, calzados, ropa, y, como no podían faltar, artesanías tradicionales varias son algunos de los productos cuyos precios son fijados por los productores pero también por los consumidores, que se podrán adquirir en algunos de los 50 stands del mercado Bonpland.
“Van a ser alimentos sin agrotóxicos y orgánicos, productos textiles libres de trabajo esclavo y manufacturados”, sostuvo Néstor Escudero, miembro de La Alameda, una cooperativa de trabajadores textiles desde donde se denunció, desde 2005, la actividad de talleres clandestinos y el trabajo en condiciones de esclavitud de inmigrantes ilegales. La cooperativa agrupa seis emprendimientos productivos: taller de corte, diseño y costura, parrilla, panadería, centro de copiado y servicios para la construcción.
Por el momento, el mercado –impulsado por la Asamblea de Vecinos de Palermo Viejo y ubicado en Bonpland 1660, entre Honduras y Gorriti– funcionará todos los sábados de diciembre y domingos previos a las fiestas de fin de año. A partir de marzo está previsto que funcione todos los días. “En el interior del país hay algunos centros de comercialización, pero en la ciudad, éste el segundo, debido a las dificultades para acceder a predios por la falta de financiación y de políticas públicas que fomenten la economía solidaria”, analizó, consultado por Página/12, Juan Ignacio Rojo, presidente de la cooperativa Red del Campo e integrante de la Asamblea de Vecinos de Palermo Viejo. Así, se contactaron con varias organizaciones de trabajadores para instalar un espacio que permita unir el campo con la ciudad mediante la comercialización de bienes elaborados en el marco de la economía social.
El predio permitirá un acercamiento a productos más sanos hacia la gente de la ciudad, pero también abre espacios de intercambio que, según sus impulsores, apunta a transitar desde una economía de mercado a una economía social. El comercio justo implica la autogestión, el rechazo al trabajo infantil y la explotación, la preservación del medio ambiente y la fijación de precios entre ambas partes. “A los consumidores se les va a explicar cómo se construye el precio de los bienes y ellos podrán aportar críticas sobre la calidad y el costo de los productos”, señaló Alberto Noguerol, titular de La Asamblearia
El edificio, que conserva en sus 600 metros cuadrados, a pesar de sus más de 90 años, el estilo arquitectónico de principios del siglo XX, fue cedido por cinco años, a través de “un convenio de uso precario” por el Gobierno porteño, “por el cual pagamos un canon”, explicó Escudero. La propuesta cuenta con el auspicio del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Si bien la propuesta cuenta con el apoyo oficial, algunos productores reclamaron por la dificultad para acceder al Certificado de Producción Orgánica. “Esta certificación nos permitiría consolidar la producción de productos sin agrotóxicos, agregándole un valor agregado y además, nos permitiría aprovechar el boom de los europeos por consumir productos orgánicos”, precisó Virginia Settier, integrante de la cooperativa Chamical.
Entre las cooperativas que comercializarán sus productos están Agrícola Río Paraná –que integra al Movimiento Agrario de Misiones y elabora la yerba mate Titrayjú, exportada a varios países–, Agrícola de Puerto Rico, Chamical, Red de Campo. Además, el Centro Ecuménico Educación Popular, la Fundación Redes Solidarias, la organización La Estrella del Alto Pilcomayo y la Cooperativa 20 de diciembre, que lleva adelante un taller textil de costura.
Muchas de estas experiencias surgieron impulsadas por la necesidad de generar empleos alternativos tras la crisis económica que hizo eclosión a fines de 2001. Así, centenares de personas se volcaron a elaborar productos para paliar sus necesidades básicas insatisfechas.
“Todas las redes que participan de la movida nos propusimos poner en contacto a los productores con los consumidores para fomentar una economía solidaria y responsable que les proponga a los usuarios que les compren a las cooperativas, pequeños productores productos sin agroquímicos, que no sean transgénicos”, remarcó Noguerol.
Los impulsores del proyecto, además, apuntan a crear un lugar que funcione como un atractivo turístico. “La idea es aprovechar la ubicación del mercado, emplazado en pleno Palermo Viejo, un barrio que reúne a cientos de extranjeros a diario”, contó el cooperativista de Red Campo Rojo.
Junto al viejo mercado Bonpland, recuperado en octubre de 2002 por la Asamblea de Vecinos de Palermo Viejo, funciona desde 2005 el centro de abastecimiento El Galpón –en Federico Lacroze 4184, en la estación Chacarita–, sostenido por la Asociación Mutual Sarmiento.
Informe: Esteban Vera.
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