SOCIEDAD › CONSTRUYEN DOS PARQUES DE 36 HECTAREAS Y MIL METROS DE RAMBLA
Se trata del Parque de la Memoria, recientemente habilitado pero aún en construcción, y el Parque Natural, detrás de la Ciudad Universitaria. Levantarán allí un monumento a las víctimas del atentado a la AMIA. Apoyo de Nación para mantener el monumento.
› Por Eduardo Videla
La ciudad de Buenos Aires va recuperando de a poco su contacto con el río: detrás de la Ciudad Universitaria se construyen dos parques, el de la Memoria, ya habilitado, que rodea al Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, inaugurado hace un mes, y el Natural, junto a la Facultad de Arquitectura, en plena construcción. Entre los dos suman 36 nuevas hectáreas para el uso público, que estarán habilitadas en diez meses, siempre que las obras no se paralicen. Ambos parques, separados por la desembocadura del arroyo Vega, estarán unidos por una rambla de mil metros de extensión, un sendero donde los visitantes podrán volver a caminar a la vera del río. Los trabajos están a cargo del Area de la Ribera del gobierno porteño, que este fin de semana dejará inaugurada otra obra en el Parque de los Niños, en el límite de la ciudad con el partido de Vicente López: un sendero peatonal para acceder a ese espacio, al que sólo se podía ingresar en auto, y los primeros baños públicos de la ciudad con planta de tratamiento propia.
Los futuros parques ribereños se construyen en terrenos de la Ciudad Universitaria, que pertenecieron a la UBA y que, por un acuerdo con el gobierno de la ciudad, serán recuperados para el uso público. Por su ubicación, el espacio será utilizado sobre todo por la población universitaria durante los días hábiles, aunque el ingreso será libre. En cambio, los fines de semana, el espacio se utilizará para recreación de los vecinos.
Las 14 hectáreas del Parque de la Memoria que rodean al monumento ya están habilitadas, aunque aún falta terminar los trabajos de parquización y la construcción de un salón de usos múltiples. En ese predio está prevista además la construcción del monumento en homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA.
El sector que se denominará Parque Natural, las otras 22 hectáreas, está en plena obra de parquización y forestación, salvo en un sector, donde se conservará la vegetación original, típica de la ribera del Río de la Plata, similar a la que creció en la Reserva Ecológica. Es que al igual que los terrenos que se extienden en la Costanera Sur, los de estos parques ubicados en Ciudad Universitaria también provienen de rellenos. Entre ellos, los escombros provenientes de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA. En ese predio estaba la denominada Villa Gay, cuyos habitantes fueron desalojados hace tres años. Entre los pastizales, todavía pueden verse los restos de la antena donde en 1998 apareció ahorcado Marcelo Cattáneo, uno de los implicados en la causa IBM-Banco Nación, durante el menemismo.
La recuperación de los dos parques permitirá retomar el contacto de los habitantes de la ciudad con el río, que se fue perdiendo por la privatización de espacios costeros y el vuelco de rellenos. Ahora, en una extensión de un kilómetro, habrá una rambla costanera justo sobre el río, con seis muelles miradores distribuidos a lo largo de su extensión. No habrá playa, ya que rige la prohibición de bañarse en esas aguas, sino un cúmulo de piedras puestas adrede para dificultar el ingreso.
“Este es el resultado de una política de Estado, de recuperación del río para la ciudad, que esperamos que siga en la próxima gestión”, dijo a Página/12 David Mutchinik, titular del Area de la Ribera. Es que el programa “Buenos Aires y el río”, que incluye la construcción de estos parques, comenzó a ejecutarse durante la gestión de Fernando de la Rúa y Enrique Olivera y continuó sin interrupciones durante las administraciones de Aníbal Ibarra y Jorge Telerman.
Los proyectos se complementan con un plan de manejo participativo que, “con la participación de organizaciones no gubernamentales, entidades vecinales y la Universidad, elaboraron pautas para el uso sustentable de los parques”, explicó Mutchinik. Entre esas pautas se incluye la delimitación de zonas de uso libre y de otras de uso restringido, que son las zonas vecinas al humedal, con una vegetación más abundante. En esas áreas habrá una red de senderos y puentes colgantes por donde podrán hacerse visitas guiadas.
Los espacios de acceso libre también tendrán un tendido de caminos, bordeados por pircas, cercos de piedra sujetadas por una red de alambres. El mismo diseño tienen los gaviones, verdaderos muros de contención de las colinas de tierra, donde pega el río cuando crece, cuya misión es proteger el suelo de la erosión.
Hoy, el único acceso al Parque de la Memoria es por la Avenida Costanera, a la altura de Parque Norte y el ingreso a la Ciudad Universitaria. Cuando la obra esté terminada, habrá otras dos entradas: una desde la Facultad de Ciencias Exactas, a través de la futura Plaza de la Concordia, que une los dos parques, y la otra desde la Facultad de Arquitectura, a través de un puente de madera, que cruza la hondonada donde se ha formado un lago natural, con toda la fauna propia del humedal.
La obra de los dos parques, que se termina en diez meses, tiene un presupuesto total de 60 millones de pesos. A estos nuevos espacios costeros se agregan el Parque de los Niños, 32 hectáreas ya inauguradas a las que se agregan ahora otras tres, en el límite norte con el Gran Buenos Aires, y, separado por la desembocadura del arroyo Medrano, el futuro Parque Mirador, un territorio aún virgen de 7 hectáreas, que cuenta con dos lagunas y un ecosistema semejante al de la Reserva Ecológica.
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