SOCIEDAD
› UN JUEZ DE GARANTIAS ORDENO ESPIAR A OTRO
Pinchándole el teléfono al colega
Un juez mandó a espiar a otro. Ahora, el espiado se enteró y armó un escándalo mayúsculo. El caso, que tiene mucho sabor a interna judicial, ya llegó a la Corte. Y todo puede terminar en un jury a ambos jueces. El caso tiene como coprotagonista al juez de Garantías de La Plata César Melazo, que de pronto descubrió que los teléfonos de su juzgado, los de su casa y el celular que le provee el Poder Judicial estaban pinchados. ¿El motivo? Una denuncia por coimas en su contra radicada por un hombre al que el mismo Melazo mandó detener.
El otro coprotagonista de la historia es Néstor De Aspro, colega de Melazo. Hasta su despacho llegó días atrás el abogado de Raúl Onorato. Onorato está preso por orden de Melazo por una supuesta venta de caballos robados. Y lo que ahora denuncia es que tuvo un ofrecimiento para “arreglar” la causa a cambio de una suma de dinero.
El juez De Aspro tomó cartas en el asunto y sin más mandó intervenir los teléfonos de su colega. Melazo se hizo conocido por sus actuaciones contra el juego clandestino y algunas investigaciones que comprometían a policías bonaerenses. Enterado del asunto de las pinchaduras, estalló de ira. Y se presentó indignado a la Suprema Corte bonaerense.
“Es una maniobra repugnante contra mi investidura y mi persona”, dijo en su escrito ante el máximo tribunal de la provincia. “Mi honor personal -siguió– ha sido temeraria y arbitrariamente mancillado por hombres que parecieran desconocer su pertenencia al Poder Judicial y las normas de comportamiento y actuación que el mismo impone.”
Uno de los abogados defensores del magistrado platense, Juan Losinno, aseguró también que “no sólo violaron la intimidad de Melazo sino también la de su familia, ya que realizaron pesquisas sobre la actividad de su padre”.
Melazo exigió además en el escrito ante la Corte que se le inicie un jury para ser investigado. Y pidió una licencia de cinco días porque “es absurdo, paradójico y falto de sentido el continuar ejerciendo mis funciones si estoy sospechado o vigilado”.
Ahora, el entuerto debe ser resuelto por la Corte, cuyo procurador general, Matías de la Cruz, ya había recibido la denuncia contra Melazo al mismo tiempo que el juez De Aspro.
Al respaldar al juez espiado salió el camarista de San Isidro, Fernando Maroto: “El magistrado defendió el sistema cuando hizo denuncias contra la corrupción policial y política, por eso pido que intervenga la Corte bonaerense, porque esto es un ataque a todo el Poder Judicial. Es el avasallamiento de los jueces y de la Justicia. Si permitimos esto, no quiero pensar lo que le puede pasar al ciudadano. Esto tiene un tinte de arbitrariedad y autoritarismo”.