Entrevista exclusiva a Jorge Rodríguez Erneta, flamante intendente PJ de Villa Gesell. Cuestionó la falta de planificación de la gestión anterior. Habló de los balnearios que avanzaron sobre las casas. Y criticó la construcción de torres.
› Por Carlos Rodríguez
desde Villa Gesell
“Está bueno volver a las fuentes, volver a la Gesell de los años sesenta o setenta. La Gesell de la música, de la cultura, de generar espacio, pero también hay que hacer obras de infraestructura para impedir que la mano del hombre siga dañando las playas”, afirmó el nuevo intendente peronista de Villa Gesell, Jorge Rodríguez Erneta, en diálogo con Página/12. Sobre el futuro de los balnearios de madera que impulsó su antecesor en el cargo, el radical Luis Baldo, anticipó que “no habrá grandes modificaciones, pero habrá que hacer una serie de ajustes sobre cuestiones que no fueron tenidas en cuenta” por la gestión anterior. “Acá, lo que está dañado y la poca playa que tenemos, es por obra de la acción del hombre. La naturaleza dice que acá, cerca de la playa, no había que construir en altura más de siete metros. Sin embargo, los edificios son más altos. En la época de Baldo se hicieron dos torres en El Pinar que no están permitidas. Está bueno vivir en medio del pinar, pero no se tomó en cuenta la alteración del medio ambiente.” El nuevo intendente prometió obras de infraestructura tales como cloacas, red de distribución de gas natural y viviendas para los pobladores permanentes.
La controversia entre Baldo y Rodríguez Erneta sobre el futuro de los nuevos balnearios de madera hizo que este año se suspendiera el avance de las obras en ejecución, que quedaron suspendidas hasta que el juez de Dolores Antonio Marcelino Escobar analice, con ayuda de una comisión técnica, el impacto ambiental que tendrán las nuevas construcciones. La idea de la administración Baldo, que no pudo concretarse en su totalidad, era la de pasar de los 78 balnearios de hormigón que había en Gesell hasta 2003 a sólo 50 construidos en madera. Hasta ahora se levantaron 23 paradores según el nuevo concepto, mientras que se preadjudicaron otras 18 unidades cuya ejecución quedó demorada por la medida judicial, que se tomó a partir de un recurso de amparo presentado por el concesionario del balneario A Pleno Sol.
Los que se opusieron al proyecto Baldo fueron nueve concesionarios. Al asumir en diciembre, Rodríguez Erneta acató la decisión de la Justicia. Para eso suspendió las obras y prorrogó hasta el mes de abril las concesiones en conflicto, a fin de poder afrontar la actual temporada de verano. “Fue para no quedarnos sin servicio de playa. La extensión es por única vez y con tres condiciones: que paguen el canon de 20.600 pesos que es el mínimo que les permite seguir trabajando, que desestimen toda acción judicial contra el municipio y que cuando llegue la hora de demoler, todo corra por cuenta del concesionario y no del municipio”.
Al margen del proceso judicial, Rodríguez Erneta cuestionó a su antecesor por la construcción de “desagües pluviales que derivan a la playa”, porque eso permite “el ingreso de basura y agua dulce al mar y el egreso de agua salada cuando hay sudestada”. Aseguró que los ambientalistas recomiendan realizar “una obra hídrica que evite que el agua dulce llegue al mar o que, al menos, llegue muy poca. Antes el agua quedaba en los médanos, pero ahora está impermeabilizado el suelo de Gesell con las construcciones y como los asfaltos no tienen desagües pluviales, el agua corre como un canal y arrastra todo desde la ruta hasta el mar, por una pendiente de diez u once metros”. La obra, anticipó el intendente, se hará “en las avenidas 5, 8, 10, 14 o 16 –todavía no está decidido– para que el agua dulce no llegue al mar. Está bueno volver a la madera, pero hay que tomar ciertas precauciones que no se tomaron”.
Se inclinó por la construcción de “balnearios más chicos, sin tanta ocupación del suelo, porque eso altera el ecosistema” e insistió en la necesidad de hacer “un estudio de impacto ambiental, que no se hizo”. Su antecesor Baldo aseguró que se hizo y que estuvo a cargo de un equipo encabezado por el ingeniero Federico Isla. La Justicia es la que tiene que dirimir este punto. Rodríguez Erneta opinó que el proceso de recambio de balnearios “va a continuar, pero habrá que hacer un nuevo proceso licitatorio (de las 18 concesiones preadjudicadas por Baldo) porque no se tuvo en cuenta el derecho de igualdad”. Baldo les dio prioridad a los empresarios geselinos.
Los turistas, por lo general, apoyan el proyecto en marcha con paradores de playa de madera, pero algunos vecinos estables de Gesell se quejan porque al desaparecer el asfalto de la avenida Costanera, que ahora está cubierta por la arena y por los corredores de madera, no tienen por dónde entrar a su casa con el auto. “Es un tema no menor porque antes abrías tu casa y tenías la duna o el mar. Ahora abrís tu casa y tenés los tachos del balneario. Lo que ocurre es que no se planificó el lugar de implantación de los balnearios. En otros lados tenés los balnearios en medio de las bocacalles. Si se llama a una ambulancia, no puede acceder. En el pliego de licitación se advierte que muchos balnearios se instalaron en lugares en los que no debían estar. Por eso el vecino protesta. Lo podían haber instalado cinco metros más lejos de su casa, para que no tengan problemas para salir o para entrar con el coche”, aseguro Rodríguez Erneta. Sin embargo, aclaró que el malestar de los pobladores de Gesell “no significa que estén en contra de los balnearios” de madera.
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