SOCIEDAD › ESTABA ALCOHOLIZADO EL CHOFER DEL MICRO VOLCADO EN ROSARIO
El accidente ocurrió el lunes, en el acceso a Rosario. En una contracurva un micro de dos pisos volcó. Hubo cuatro muertos. El conductor tenía un dosaje de 0,45, cuando debía tener cero.
› Por Pedro Lipcovich
Siniestro, como todo mal que se repite en sus detalles: el chofer del ómnibus que volcó el lunes en el acceso a Rosario, provincia de Santa Fe –cuatro muertos– manejó más de 400 kilómetros con alcohol en su sangre, igual que el conductor del camión que, en octubre de 2006, chocó al ómnibus en el que viajaban alumnos del colegio Ecos –diez muertos–. La flamante subsecretaria de Seguridad Vial de esa provincia advirtió que el vuelco del lunes respondió a un “cóctel mortal” en el que confluyeron, también, “el mal estado de la infraestructura vial” y “la relativa inestabilidad de los vehículos de doble piso”, que así vuelve a ponerse sobre el tapete. Entretanto, los padres de los chicos del Ecos se reunieron con el ministro del Interior: “Preguntamos por qué el Poder Ejecutivo no envió al Congreso el proyecto sobre el que el ex presidente Kirchner y las provincias acordaron en agosto”, dijo uno de los padres.
El examen de alcoholemia efectuado a Isidro López, conductor del ómnibus de la empresa CG que chocó el lunes, arrojó 0,45 gramos por litro de sangre. Para choferes profesionales, debe ser cero alcohol. Así lo informó el juez correccional Edgardo Bistoletti, a cargo del caso, y comentó que el alcohol fue ingerido probablemente en la última parada del vehículo, en la localidad santiagueña de Pintos, a 500 kilómetros de Rosario: “Si se le hubiera controlado la alcoholemia en Pintos, el resultado habría sido superior a uno”. Según precisó Hebe Marcogliese –quien desde el 20 de diciembre es subsecretaria de Seguridad Vial de Santa Fe–, “la proporción de alcohol en sangre depende de la contextura física de la persona y el momento de la ingesta”; muy a grandes rasgos, “una copa de vino podría dar lugar a 0,2 miligramos de alcoholemia; por encima de esa proporción, son afectadas la vista, la audición y la capacidad para decisiones rápidas”.
El accidente se produjo a las nueve de la mañana del lunes, cuando el ómnibus de la empresa CG volcó en la S que la Ruta 34 hace al entrar a Rosario. Murieron cuatro pasajeros y otros 41 resultaron heridos. López aduce haber sido encandilado por las luces de otro vehículo, pero “sus argumentos contrastan con las declaraciones de testigos y las pruebas realizadas”, según Bistoletti, que decidió mantenerlo detenido.
Marcogliese, por su parte, sostuvo que el accidente fue consecuencia de “un cóctel mortal. La infraestructura vial es deficitaria en ese lugar: la curva y contracurva no están bien señalizadas, los carriles están mal demarcados y la calzada está deteriorada; las autoridades provinciales vienen haciendo reclamos a la Nación (el choque se produjo en la Ruta Nacional 34), que había iniciado obras, pero las interrumpió”.
Un segundo factor habría sido, según Marcogliese, “la relativa falta de estabilidad de los ómnibus de doble piso: en casi ningún país del mundo se usan; no los usan en Europa, donde tienen mucho menos espacio y mucha más población; fueron diseñados para el turismo urbano, no para rutas; es cierto que hoy constituyen el 90 por ciento del parque de larga distancia, no es fácil cambiar, pero el informe de la Universidad Tecnológica Nacional, que se conoció el año pasado, mostró que su estabilidad presenta fallas”.
El hecho de que el conductor haya manejado tantos kilómetros bajo efectos del alcohol puede vincularse con la falta de control vial en las rutas argentinas. En cuanto a Santa Fe, Marcogliese se propone “habilitar una línea telefónica para que cualquiera, desde su celular, pueda denunciar excesos de velocidad u otras irregularidades”; además, anunció, “estamos preparando un convenio con Gendarmería Nacional para que intervenga en el control de las rutas aplicando las leyes provinciales”.
Sergio Levin, padre de uno de los chicos de la escuela Ecos que murieron en octubre de 2006, dijo que el choque del lunes “no nos sorprende en absoluto”. Los padres se reunieron el martes con Florencio Randazzo, ministro del Interior: “Nos convocó para pedirnos opinión sobre la situación actual. Por nuestra parte –contó Levin– le preguntamos por qué el Ejecutivo no envía al Congreso el proyecto sobre seguridad vial que se acordó en agosto, por convenio entre la Nación y las provincias que firmó el ex presidente Néstor Kirchner. Ojalá haya novedades en las próximas semanas”.
Según subrayó Levin, “hace falta la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para asumir la seguridad vial como política de Estado. Eso permitirá establecer, a nivel nacional, el registro único de infracciones de tránsito, la licencia por puntos y el control caminero en todas las provincias. Tenemos fe en que el tema sea tratado en las sesiones extraordinarias del Congreso que empiezan el 6 de febrero”.
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