SOCIEDAD › TEMOR ANTE LA SITUACION SANITARIA POR LA INUNDACION
Por medio de una resolución del Ministerio de Salud nacional, publicada ayer en el Boletín Oficial, se declaró la emergencia sanitaria en el norte salteño debido a los desbordes de los ríos Pilcomayo y Bermejo. La medida, impulsada por la ministra Graciela Ocaña, sorprendió a las autoridades salteñas, quienes recalcaron que la “situación está controlada”. Los voceros del ministerio aclararon que la decisión apunta a evitar trámites burocráticos que retardarían la ayuda. Los departamentos salteños de Rivadavia, Banda Norte y Rivadavia Banda Sur serán los principales beneficiados, ya que, como menciona la resolución, se encuentran en “una verdadera situación de vulnerabilidad sanitaria”.
La ayuda se traduce en el envío de recursos humanos y físicos, según explicaron en el Ministerio de Salud nacional: “Antes de declarar la emergencia mandamos un equipo para detectar las necesidades de la población y escuchar pedidos. Vimos dos temas urgentes: proveer medicamentos y reforzar los equipamientos de los hospitales”. Por eso, y para evitar una licitación que podría tomar entre tres y cuatro meses, se decidió reasignar partidas de medicamentos del Plan Remediar, que luego serán repuestas y enviadas a su destino original. Por otro lado, algunos médicos y asistentes de la Dirección General de Emergencias Sanitarias partieron ayer mismo hacia el norte salteño, donde la lluvia es intermitente y continuará hasta el lunes.
Según se afirmó en la resolución, la medida surge por el desborde del Pilcomayo y el Bermejo, que obligó a “evacuar a los pobladores cercanos a la vera del río” y por “el anegamiento de los caminos, la dispersión de los pobladores afectados y la persistencia de las malas condiciones climáticas”. Desde hace dos semanas, el avión que traslada los víveres también hizo “22 vuelos sanitarios”, trasladando a pacientes con traumatismo, mordeduras de víboras, gastroenteritis y deshidratación. Aunque las aguas del Pilcomayo comenzaron a bajar y la situación estaba bajo control, en el norte salteño abundan las enfermedades endémicas.
“Por eso, lo que más preocupa es el día después, cuando bajen las aguas y veamos las condiciones sanitarias”, aseguró ayer el secretario de Prensa de Salta, Rodrigo García. “Es una zona de dengue, donde las aguas bajan y quedan esos esteros de agua por allí y se produce la proliferación del mosquito que transmite la enfermedad, además de cuadros de diarreas y bronquitis”, agregó el funcionario. Por el momento, según el informe de Defensa Civil, hay 543 familias perjudicadas directamente porque el agua entró a sus casas; el resto, cerca de 2500, permanecen aisladas en terreno seco y sobreviven gracias a los bolsones de comida que les acerca la provincia a través del puente aéreo.
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