“Es una zona muy intrincada en la montaña”, reconoció ayer Hugo Chávez. Pocas horas antes, los rescatistas le había informado la ubicación de los restos del avión desaparecido desde el jueves pasado, cerca de la ciudad de Mérida. El aparato quedó prácticamente desintegrado y habría chocado directamente con los Andes venezolanos; debido a las condiciones climáticas, tuvieron que suspenderse las operaciones aéreas para llegar al lugar. Había 46 personas a bordo. “Quiero transmitir nuestro sentimiento de mucho pesar a los familiares de las víctimas”, dijo por cadena nacional el mandatario venezolano, luego de asegurar que no hay sobrevivientes.

El vuelo del turbohélice ATR42 de fabricación franco-italiana, construido a fines de los ’80, se dirigía al aeropuerto de Maiquetía en la costa caribeña, muy cerca de Caracas, pero chocó mientras levantaba vuelo a sólo diez kilómetros de la pista. “No sabemos las causas”, afirmó Chávez, que echó más misterio sobre el accidente de la aerolínea venezolana Santa Bárbara: “No había ni mal tiempo y era uno de los pilotos que más conoce la ruta”. Entre los pasajeros, figuran dos familiares del viceministro de Seguridad Ciudadana, Tarek el Alssami; el conocido politólogo opositor Italo Luongo, el alcalde de Rangel de Mérida, Alexander Quintero, y su hijo de 11 años, agregó ayer el gobernador de Mérida, Florencio Porras.

“Hay nubosidad y vientos con bastante velocidad, aunque sin lluvia, pero complica el trabajo de los helicópteros”, detalló el general Antonio Rivero, director nacional de Protección Civil, luego de sobrevolar la zona de la tragedia. “El avión quedó prácticamente desintegrado y se observan restos, en un área escarpada”, continuó el militar, quien estimó que necesitarán al menos 72 horas para recuperar todos los cuerpos. Mientras las autoridades esperan condiciones climáticas favorables para trasladar a alpinistas que desciendan desde una risco cercano, los primeros grupos de rescatistas, montañistas y forenses instalaron ya un campamento en la zona. Con aparejos y cuerdas, comenzaron a escalar una pared conocida como “La Cara del Indio” en el páramo andino Los Conejos, a unos 4000 metros de altura. La marcha es lenta, según explicó Rivero, porque el equipo enfrenta vientos fuertes y temperaturas de hasta 40 grados bajo cero.

En el avión iban 43 pasajeros y tres tripulantes de la Compañía Santa Bárbara Airlines, que no había sufrido antes ningún accidente.