SOCIEDAD › EN UNA CARCEL DE LA CIUDAD DE CORDOBA CON 150 PRESOS
El motín se desató a media tarde. Los presos tomaron a cuatro guardias. Uno logró escapar. La protesta duró más de cinco horas. A las 23, los presos liberaron al último rehén y se entregaron.
Un motín con toma de rehenes en la Unidad de Contención de Aprehendidos de la ciudad de Córdoba provocó anoche horas de tensión entre los familiares de los presos, entre los guardias colegas de los rehenes, entre los rehenes, entre la policía que rodeaba la cárcel, entre el fiscal Alejandro Moyano que entró a negociar con los amotinados, y especialmente entre los 150 presos alojados dentro. A la tensión propia de cualquier motín carcelario se sumó la memoria: hace tres años, en la cárcel de Córdoba, otro motín también con guardias como rehenes, terminó con la muerte de siete presos, un policía y 35 heridos entre guardias e internos. Ayer, en la Unidad de Contención de Aprehendidos, la tensión era incontenible hasta que a las 23 fue entregado el último rehén y los presos se entregaron.
El amotinamiento tuvo lugar pasado el mediodía, cuando un grupo de presos tomó como rehenes a cuatro guardias, de los cuales luego se supo que uno logró escapar saltando un muro de unos cuatro metros, resultando herido en la caída. No surgieron reclamos del motín, al menos públicamente. Usualmente, cuando se trata de reclamos originarios de los presos, éstos tratan de hacerlos públicos para intentar garantizarse un mínimo cumplimiento por parte de las autoridades. Ayer, por sobre los muros no se notaba ningún pedido, lo que ya tornaba extraño el movimiento.
El secretario de la fiscalía a cargo de la causa, Tomás Casas, informó a media tarde que la situación en el penal era “calma” y que se llevaban adelante “negociaciones para liberar a los rehenes”. Finalmente, pasadas las 21, y a las 22.30, dos de los guardias fueron liberados. Las negociaciones las realizaba el fiscal Alejandro Moyano, in situ. Y alrededor de las ocho de la noche se le sumaron autoridades del Servicio Penitenciario de Córdoba. A las 23 fue liberado el guardia que quedaba.
La UCA, también conocida como Alcaidía de la capital provincial, se encuentra en el barrio Güemes, a unas 20 cuadras del centro de la ciudad, y mantiene alojados en su interior a unos 150 presos en tránsito, que están por ser derivados a una unidad penal, aguardan ser trasladados a los tribunales o están por salir en libertad.
La provincia de Córdoba tiene 15 establecimientos penitenciarios de los cuales el mayor es la Penitenciaría de Boulogne Sur Mer, también en la capital cordobesa, escenario del cruento motín de 2005. En total (según encuestas de la Dirección Nacional de Política Criminal para 2006) en la provincia hay poco más de 5000 presos, que representan poco menos del 10 por ciento del total del país. Más del 70 por ciento del total provincial tiene menos de 34 años y la cuarta parte no completó la escuela primaria. Más del cuarenta por ciento al momento de su detención estaba desempleado y sólo 650 tenían trabajo permanente. Y la mitad al menos no tenía oficio o especialidad. Poco menos de la mitad está procesado sin condena. La costumbre de los motines tiene su perfil cordobés: de los más de 5100 presos, más de la mitad participó en alteraciones del orden. En 45 casos, esas alteraciones terminaron con muertos.
Por la noche, por sobre los muros, algunos reclusos reclamaban la presencia de periodistas y un compromiso para que no se tomaran represalias. Un importante cerco policial rodeaba la unidad mientras sus puertas se encontraban cerradas. A última hora de la noche, la situación continuaba tensa, pero calma. A las 23, los detenidos decidieron poner fin a su protesta.
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