En una cruz de tres metros de alto ayer se ató un costurero de nacionalidad boliviana para denunciar que “la mayoría de las marcas auspiciantes del Buenos Aires Fashion Week (BAFW) rehúyen ser auditadas por el INTI para que certifiquen en toda su cadena de valor que no usan trabajo esclavo y tampoco informan con qué talleres confeccionan sus prendas”, apuntó Gustavo Vera, de la cooperativa La Alameda. Debajo del costurero crucificado, otro, también de nacionalidad boliviana, trabajaba sin parar en su máquina de coser, instalada frente a la Rural, donde se desarrolló el BAFW. Tras ellos, un inmenso cartel rebautizaba al evento “Buenos Aires; capital del trabajo esclavo”. En los últimos años fueron denunciadas Adidas, Puma, Lacoste, entre otras 85 marcas, por favorecerse con trabajo esclavo.