Vie 20.09.2002

SOCIEDAD • SUBNOTA

El día que el espanto tomó la escuela de Merlo

“No lo puedo creer. Pensar que el sábado salieron todos re-contentos. Hace como cuatro años que se venía planeando el viaje.” Apoyada contra la pared lateral de la escuela, Cyntia lloraba sin consuelo. Sus compañeros de séptimo grado de la escuela Fragata Sarmiento habían participado del viaje, incluyendo a su hermano Carlos Sosa, quien por la noche regresaba con el resto del contingente a Buenos Aires. En los pasillos del colegio tampoco había respuestas para la tragedia. “Fue una imprudencia. Los chicos querían sacarse una foto arriba del puente y no vieron el cartel”, arriesgaba el padre de otro de los alumnos ilesos, en un vano intento por calmar la angustia reinante. A partir del mediodía la tensión invadió las calles de tierra de Magdalena, un barrio muy humilde de la localidad de Libertad, en el oeste del conurbano. La falta de noticias concretas sobre lo sucedido desesperaba a los padres de los chicos, que fueron enterándose de los detalles a la par de la prensa. Por la tarde los familiares más cercanos de las víctimas fatales y de los que por esas horas estaban aún desaparecidos viajaron hacia la zona en un avión cedido por la Fuerza Aérea.
La tragedia interrumpió de un golpe la alegría de los pibes, sus familiares y amigos, para transformarla en congoja y dolor.
El esfuerzo por concretar el viaje de estudios había sido enorme. “Era un proyecto muy largo. Lo empezamos cuando estábamos en tercero con los chicos de primero. La idea era hacer un trabajo de ecología sobre la vida de las ballenas, los pingüinos y las orcas”, contó a Página/12 Cyntia. La decoración del aula de quinto C del turno mañana lo reflejaba: un montón de carteles de colores colgados con frases como “Chubut corazón” y mapas de Puerto Madryn y Península Valdés acompañaban las fotos de los cetáceos y las aves marinas, que cubrían las cuatro paredes de la habitación.
En concreto, la idea del viaje de estudios comenzó a fortalecerse el año pasado, luego de la exposición de los trabajos preliminares en una feria de ciencias titulada “Limpiamos el Planeta Tierra” y organizada por escuelas del distrito, a la que asistió el especialista en el área Roberto Bubas. Luego de ver los trabajos, el experto incentivó a las maestras y a la directora de la escuela Fragata Sarmiento a viajar con sus alumnos a la Península. Previa donación de los pasajes y la estadía por parte de la gobernación de Chubut y la Secretaría de Turismo de la Nación, se organizó la excursión, de la que participarían los chicos de quinto y séptimo, nueve maestros y la directora Graciela Antinucci, fallecida ayer al caer del puente.
“Apenas nos enteramos que a los chicos les daban alojamiento empezamos a juntar la plata para comprarles ropa y zapatillas. Nos pasamos todo agosto y setiembre vendiendo rifas”, detallaron Alberto y Silvia, papás de Ariel Amarilla, también a salvo. La tarea encomendada a los padres era comprarle la ropa necesaria a sus hijos para las actividades a realizar en Chubut y conseguir cincuenta pesos por cada alumno. “Vendimos tortas en el barrio y hasta rifamos una bici. Es que los chicos tenían tantas ganas de ir que no nos podíamos quedar de brazos cruzados”, agregaron los padres. Finalmente, el sábado a las 22, unas 300 personas despidieron con aplausos a los pequeños aventureros, sus diez docentes –ocho maestras y dos profesores de gimnasia– y a la directora, que partieron en dos micros desde la propia puerta del colegio primario, ubicado en la esquina de Santo Domingo y Rivarola. “Se llevaron hasta cuadernos y lapiceras. No iban de vacaciones, iban a estudiar”, dijo con tristeza Pablo, amigo de uno los pibes fallecidos.
Una vez en Chubut, el contingente se hospedó en un albergue de la localidad de Gaiman, unos kilómetros al oeste de Trelew. “Nos llamaron el domingo y ayer –por el miércoles– para decirnos que estaban bien. No pudimos hablar mucho con Ariel, pero lo que nos contó era que se estaban divirtiendo mucho y que estaban todos muy contentos”, aseguraron los Amarilla. Los chicos habían realizado el domingo el avistaje de ballenas en Puerto Pirámides y anteayer habían sido recibidos por el gobernadorJosé Luis Lizurume en Casa de Gobierno, una visita con gran repercusión en los medios locales. Ayer, al momento del hecho, se encontraban recorriendo el embalse artificial Florentino Ameghino, donde hay instalado un camping recreativo.
A pesar de que el accidente sucedió al mediodía, recién un par de horas después se conocieron en la escuela los nombres de los primeros cuerpos encontrados, cuando la inspectora Marisel González Serrano hizo pública la lista, compuesta entonces por cinco de los fallecidos. También se conocieron las identidades de los pibes desaparecidos, en medio de una terrible tensión entre los padres. La falta de comunicación con Chubut y la demora para dar a conocer los resultados de la búsqueda alimentaron la angustia de todos, al punto que más de un familiar sufrió un shock nervioso. Ya a las 17, el jefe de gabinete de la Dirección Provincial de Escuelas Bonaerenses, Néstor Ribet, informó que los familiares de los fallecidos y desaparecidos habían partido en un vuelo hacia Trelew, mientras que otro grupo de padres y autoridades de la escuela esperaban para partir en búsqueda del resto del grupo.
Así, con muchas preguntas y pocas respuestas fue cayendo la noche en Magdalena. “De lo único que podemos estar seguros es que los docentes que fueron son gente muy responsable. Por eso si hay que decir algo es que lo que pasó fue una tragedia”, decía triste una maestra.
Producción: Darío Nudler.

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