Mabel Juárez tiene 42 años y es empleada del Conicet. Vive en Lanús y tiene dos hijos, uno de 20 y una de 5. El motivo que la llevó a la defensoría civil de Lomas es que su ex marido no le pasa ni un peso de cuota alimentaria, uno de los problemas más habituales y que más crecieron en el último año. “No me pasa alimentos, me dijo que siga haciendo lo que estoy haciendo que él nunca me va a pagar nada. Es remisero, entonces no tengo forma de saber cuánto dinero gana”, comentó la mujer. Por sus ingresos –300 pesos por mes– le resulta imposible solventar un abogado. Sin la ayuda de su ex para cubrir los gastos de los chicos, Mabel tiene que hacer malabares. “Les puedo dar lo mínimo esencial, lo más básico, la comida y nada más. Olvidate de ropa, de llevar a la nena a la calesita o de comprarle una coca. Nunca pasé tanta hambre como ahora”, relató. El suyo es el problema de miles de mujeres. “Acá –por la defensoría civil– vas a encontrar infinidad de mujeres con el mismo reclamo”.
Lorena Milani, de 31, es una de ellas. Vive en Lanús Este y se separó hace seis meses después de diez años de matrimonio, y está al cuidado de los dos hijos que tuvieron, un bebé de un año y medio y una nena de 7. “El es policía, trabaja en la Brigada de Lanús. Y aunque sé que entre el sueldo y las horas adicionales gana cerca de 1600 pesos por mes, me pasa menos de lo que corresponde”.