SOCIEDAD • SUBNOTA
De acuerdo con un informe del INTI sobre alimentos a base de soja, los cuestionamientos para la utilización de esa leguminosa en la alimentación infantil tiene varios fundamentos:
- El alto contenido de fibra, que puede ocasionar dificultades de absorción de minerales, especialmente de minerales cítricos: hierro, zinc y calcio.
- El déficit de aminoácidos azufrados en las etapas de crecimiento rápido, de 0 a 2 años, y para la recuperación de cuadros de desnutrición.
- La presencia de antinutrientes que pueden afectar la digestión y absorción de las proteínas si no están adecuadamente inactivados.
- La presencia de isoflavones, cuyos efectos estrogénicos pueden ser responsables de un desarrollo mamario prematuro y el adelanto de los eventos pubertales en niñas o un aumento en el volumen de las mamas en niños.
- Los bebibles de soja representan un factor de riesgo de caries y erosión dentaria en niños. Este producto no puede sustituir la leche de vaca ni sus derivados.
- El patrón de composición mineral de la soja presenta una relación calcio-fósforo inadecuada que puede ocasionar complicaciones de mineralización ósea en niños pequeños, adolescentes y mujeres embarazadas.
Como consecuencia, el estudio concluye que “existen factores negativos de la soja en la alimentación infantil por los cuales no se recomienda su utilización antes de los cinco años. Además, la soja como alimento central no es nutricionalmente adecuada para la recuperación en casos de desnutrición. La utilización de soja puede formar parte de la alimentación de mayores de cinco años pero no debe considerarse como un elemento central de la misma”.
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