Vie 14.11.2008

SOCIEDAD • SUBNOTA  › FEDERALES Y BONAERENSES CASI A LOS TIROS POR UN ALLANAMIENTO CON 750 KILOS DE COCAINA

Muchos sabuesos para el mismo plato

Los investigadores de la Policía Federal juraban ayer que fueron ellos quienes vigilaron la entrega, quienes hicieron las “tareas de inteligencia” para dar con los 750 kilos de cocaína, el cargamento más grande incautado en lo que va del nuevo milenio. Por eso, cuando en medio del operativo Arco Iris, en San Miguel, aparecieron los efectivos de la Bonaerense enviados por el juez de Campana, Federico Faggionatto Márquez, hubo un clima de tensión indisimulable. “Casi nos agarramos a los tiros”, le dijo a PáginaI12 una alta fuente de la Federal, enfurecido con sus colegas de la Bonaerense y su pretensión de “figurar en todas”.

La droga estaba en un galpón en la calle Illia 2323, frente a una dependencia del ejército perteneciente a Campo de Mayo, que funciona como residencia alternativa para la ministra de Defensa, Nilda Garré. El lugar era un depósito, no una cocina de cocaína. Según contó el comisario Miguel Castro, fue alquilado hace 40 días por dos mexicanos que recién habían llegado al país, quienes “como pantalla habían dicho que iban a montar una fábrica de hornos industriales, pero jamás hicieron nada de eso”. Los mexicanos, José María Rodríguez Cejas, de 42 años, y Abraham Calderón, de 21, fueron detenidos allí mismo al mediodía. Unas horas después hubo allanamientos en Capital Federal y la policía detuvo a tres ciudadanos bolivianos, sospechados de haber ingresado la cocaína al país.

“La investigación se inició hace 60 días a partir de la información suministrada por la DEA (Agencia Antidrogas Estadounidense) y apunta a dos organizaciones criminales: una de colombianos y la segunda de origen mexicano”, explicó Miguel Castro, jefe de operaciones de la Superintendencia de Narcocriminalidad de la Policía Federal, desde la escena del crimen, llena de uniformados y de hombres de saco y corbata que no paraban de hablar por celular. Es que además de los agentes mencionados y los de Tráfico de Drogas Ilícitas bonaerenses, a cargo del comisionado Honorio Rodríguez, también estaban los funcionarios judiciales y por partida doble.

Los Federales venían vigilando el galpón por orden del juez federal de Tres de Febrero, Juan Manuel Culotta, y el fiscal federal Jorge Sica, cuando al mediodía de ayer aparecieron los Bonaerenses enviados por el magistrado Faggionatto Márquez. “Alguien les buchoneó y reventaron el lugar antes que lo hiciéramos nosotros”, deslizó a este diario la fuente de la Federal antes citada. Frente a las narices de sus colegas, los Bonaerenses allanaron sin consultarlos, porque “forma parte de una línea de investigación” de la causa de la llamada “ruta de la efedrina” del juzgado de Campana, aclaró Norberto López Camelo de la Superintendencia de Tráfico de Drogas Ilícitas de la Bonaerense.

Supuestamente, el dato lo aportó un testigo y ellos fueron a investigar si esos narcos formaban parte de la misma banda que elaboraba metanfetamina en un laboratorio de Ingeniero Maschwitz. Los Federales que custodiaban se sumaron al operativo de inmediato, generando un clima de tensión y confusión. Los Federales, por orden del juez Culotta, planeaban vigilar un tiempo más ese galpón hasta identificar a todos miembros de la organización. “Son dos investigaciones distintas, pero que tienen coincidencia con este lugar, razón por la cual se trabaja de manera conjunta”, indicó el superintendente López Camelo, como para calmar los ánimos. Adentro del galpón encontraron 700 panes con cocaína por un peso total de 752 kilos.

De acuerdo con la investigación de los detectives de la Federal, la droga era traída por colombianos en parte desde su país, pero también de Bolivia y Perú. El destino final era España. Mientras corrían las horas, y con los datos que ya habían conseguido, los detectives federales realizaron cuatro allanamientos, uno de ellos en Morelos al 100 de la Capital Federal, donde detuvieron a dos hombres y a una mujer, todos de nacionalidad boliviana, quienes presuntamente tenían funciones menores dentro de la banda. Todos los detenidos fueron derivados a la alcaidía de Narcocriminalidad en Belgrano al 1600, Capital Federal, por disposición del juez Culotta. Su colega Faggionatto Márquez podrá indagarlos por la causa de los narcos mexicanos y la “ruta de la efedrina”, aunque la droga sea cocaína y los jefes de esta banda sean colombianos.

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