“Hemos hecho notar al Congreso de la Nación la existencia de un vacío legislativo con respecto a la fertilización asistida”, dijo a Página/12 el juez Alejandro Tazza, titular de la Cámara de Apelaciones marplatense que dispuso la cobertura de un tratamiento de este orden para salvar la vida de un hermano (ver nota principal). Entretanto, los magistrados ordenaron que los embriones sobrantes en el tratamiento tengan un “tutor”, para preservar sus “derechos humanos”. El titular de la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva consideró que ese requisito “se extralimita un poco”.

El fallo de la Cámara sostiene que “el momento de la protección legal de la vida humana” corresponde a “la unión de los dos gametos” para constituir “el ovocito pronucleado”, antes de su implantación en el útero; “la prudencia impone darle un trato semejante a la persona”. Por ello dispone la designación de “un tutor” que “proteja sus derechos inherentes a la condición humana que ostentan” en tanto no exista “una regulación legal”.

En relación con ello, “mediante los canales pertinentes, comunicamos al Congreso de la Nación la existencia de lo que consideramos un vacío legislativo con respecto a la fertilización asistida”, puntualizó el juez Tazza.

Claudio Chillik, titular de la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva, acordó en que “sigue el vacío legal, pese a que hay varios proyectos presentados, inclusive uno de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva”.

En cuanto a la tutoría dispuesta por la Cámara, “quizá se extralimitan un poco –estimó Chillik– cuando se meten en el tema del estatus ético y jurídico del embrión. Nosotros acordamos en preservar los embriones y no utilizarlos para experimentación, pero considerarlos como personas que necesitan un tutor que se encargue de ellas mientras estén congeladas, me parece demasiado”.