A pesar de la suspensión de vuelos que rige desde hace una semana, varios argentinos lograron regresar al país esquivando la veda de tráfico aéreo. Es el caso de Victoria, de 29 años, quien viajó el 22 de abril a México por motivos laborales y regresó el jueves pasado vía Chile en el vuelo 533 de LAN. Luego de una intensa travesía y con reposo en su casa por “prescripción médica” –aunque asegura que no presenta síntomas de la enfermedad–, Página/12 pudo conversar telefónicamente con la mujer, quien admitió que el momento de mayor nerviosismo que vivió junto a otros compatriotas fue cuando “las autoridades de Argentina decidieron suspender los vuelos: en ese momento muchas de las personas que se encontraban conmigo en el aeropuerto no tenían dinero suficiente para quedarse más días”.

Victoria –que prefiere no dar su apellido– aseguró que con la cancelación de los viajes “muchos argentinos que terminaban sus vacaciones o estaban allí por cuestiones de trabajo vivieron verdaderos momentos de tensión al no saber si, finalmente, podrían regresar o no a Argentina”. El periplo de Victoria comenzó el 22 de abril en el DF, donde había sido enviada para representar a la empresa donde trabaja en Buenos Aires, a la presentación de un producto que se lanzaría en esa ciudad. “Al día siguiente se empezaron a escuchar algunas noticias sobre la enfermedad y aunque los medios eran alarmistas, igual hice dos excursiones, porque todo parecía tranquilo.”

“No bien llegamos a Acapulco, las autoridades del aeropuerto nos pidieron que nos quitáramos los barbijos porque allí no pasaba nada”, recordó la mujer. Cuando llegó al DF, ya estaba todo cerrado. “Tenía que presentar un producto, pero todos los espacios públicos estaban cerrados por orden del gobierno (hasta los casamientos se habían suspendido). Entonces, la empresa decidió la cancelación del evento y decidimos regresar a Argentina.”

Todo estaba planeado para que Victoria volviera el 28 al mediodía. La hoja de ruta era clara: a las 22, un vuelo de Mexicana la llevaría de regreso a casa. Pero nunca pudo abordarlo: “Argentina decidió suspender todos los viajes desde México y entonces los de Mexicana nos ofrecieron una noche de hotel, pero bajo la estricta aclaración de que sólo nos pagarían esa noche”. Ese mismo día, entró en juego la “picardía criolla”: la firma para la que trabaja le consiguió “un pasaje para volver por LAN, el jueves 30, un día después de la suspensión de los vuelos.